Juventud Rebelde - Diario de la Juventud Cubana

Apenas horas nos separan del instante en que la República Bolivariana de Venezuela será total y absolutamente responsable, desde el punto de vista tecnológico, científico y legal, del satélite Simón Bolívar.

El acto de recepción, el próximo sábado 10 de enero, está llamado a convertirse en «otro momento de pasión patria, de orgullo y alegría, y de confirmación de que no hay vuelta atrás en el camino hacia la soberanía y la independencia, no solo tecnológica, sino en todos los órdenes de la vida».

Así lo confirmó el Jefe de Estado venezolano, Hugo Chávez, en su mensaje a la nación por el fin de año, en diciembre último.

Calificado como el suceso más relevante que tuvo lugar en Venezuela en el año 2008, el satélite Simón Bolívar es ya una demostración contundente de lo que son capaces la Revolución Bolivariana y sus principales líderes, encabezados por el Presidente de la República, muy a pesar de los sucios manejos de la oposición y los pitiyanquis, quienes gastaron —y gastan— tiempo y dinero en rumores que dan cuenta de que el satélite no funciona, está fuera de órbita o absurdos semejantes.

También el Gobierno de EE.UU. hizo presión mediante una solicitud a China para suspender el lanzamiento, petición que fue categóricamente rechazada por la nación asiática.

«China representa un ejemplo de que un país no tiene que ser un imperio para lograr ser una potencia. Si no fuese por la revolución china, por el sistema chino, por el socialismo construido con las características propias de China (...), el adelanto científico extraordinario de China y su solidaridad, este acto no hubiera ocurrido», subrayó.

El primer satélite artificial propiedad del Estado venezolano, el Simón Bolívar, conocido internacionalmente por las siglas Venesat-1, fue lanzado al espacio desde China el miércoles 29 de octubre de 2008, a las 12:24 del mediodía.

Está en órbita a una distancia de la Tierra de 35 786 kilómetros. Mide 2,36 metros de alto, por 2,10 metros de ancho y 3,60 metros de profundidad, y tendrá un tiempo de vida útil calculado en 12 años.

El satélite Simón Bolívar fue colocado en su órbita el pasado 29 de noviembre de 2008 y dará cobertura a todo el territorio nacional. Venezuela cubrirá todas aquellas necesidades que tienen que ver con telefonía, transmisión de información y acceso y transmisión de mensajes por Internet, sobre todo en aquellos lugares en que por su poca densidad poblacional no se han extendido las empresas de telecomunicaciones comerciales.

La educación y la medicina se encuentran entre los principales sectores que se beneficiarán con su funcionamiento. Para que se tenga una idea del alcance del satélite en ese sentido, sirva como botón de muestra el porcentaje de distribución de sus servicios, que será 41,5 por ciento para la salud; 20,9 para la educación; 15,9 para el trabajo comunal y 6 por ciento para la alimentación, entre otros.

En el caso de la educación se prevé que para el primer trimestre del año en curso las escuelas ubicadas en los puntos más alejados de las capitales del país serán equipadas para aprovechar el moderno sistema de comunicación, incluyendo a las comunidades de frontera e indígenas.

Para que este importante logro tecnológico no resulte ni lejano ni complicado ante los ojos del pueblo venezolano en general, pero muy especialmente de los más jóvenes, los ministerios del Poder Popular para la Ciencia y Tecnología, y para las Telecomunicaciones e Informática, así como varias de sus instituciones y empresas, han desplegado una amplia campaña de presentación de lo que es el satélite y los beneficios que traerá al país.

Desde grandes réplicas del Venesat-1 hasta juegos didácticos que permiten a los más jóvenes armar su propio satélite, pasando por espacios informativos en los diferentes medios de difusión, han acompañado este importante resultado de Venezuela.

La ministra para las Telecomunicaciones e Informática, Socorro Hernández, informó que para el primer trimestre de este año se tiene previsto ubicar 1 200 puntos desde donde se entregarán servicios para escuelas, hospitales, campos agrícolas, fronteras e instalaciones militares. Asimismo, precisó, se realizarán demostraciones de telemedicina, teleeducación y conectividad.

Desde el lanzamiento del Venesat-1 en el Centro de Satélites de Xichang, sudoeste de China, en la Estación Terrena Luepa; al sur del estado de Bolívar funciona una antena receptora y transmisora de información para el dispositivo.

En Luepa, 12 especialistas venezolanos y seis chinos asumen la telemetría, información proveniente directamente del satélite, y desde allí realizan el mantenimiento para garantizar la salud del sistema satelital. No obstante, la estación principal está ubicada en El Sombrero, estado de Guárico.

El satélite fue construido por la Academia China de Tecnología Espacial, que además formó a numerosos ingenieros y profesionales venezolanos para el manejo del mismo.

Tarda exactamente 24 horas en dar una vuelta al planeta y, como la Tierra también tarda 24 horas en girar sobre su eje, el satélite —si pudiéramos verlo— parecerá estar inmóvil en el cielo, lo cual permite apuntar una antena parabólica especial hacia él y captar su señal. Eso es lo que se conoce como un satélite geoestacionario.

Para que se tenga una idea de dónde está el satélite, pudiéramos imaginar que en la nación de Ecuador, a unos cuantos kilómetros de Quito, se construye un gigantesco ascensor de 36 500 kilómetros de altura, y en el tope se coloca el satélite venezolano. Ese es el equivalente de la posición 78 grados de longitud oeste y a 0 grado de latitud, donde se encuentra el dispositivo, usando una órbita que Uruguay cedió a Venezuela.

El satélite tiene capacidad para soportar in-terferencias de elementos hostiles, así como hamming (interferencias hechas a propósito para intentar sabotearlo). Una vez que esté en completo funcionamiento no podrán ser interceptados o espiados los sistemas de telecomunicación del país, tales como correos electrónicos, llamadas y mensajes de texto, entre otros.

El 29 de octubre de 2008, el Jefe de Estado venezolano afirmó que «el satélite Simón Bolívar, además de ser un acto de independencia y soberanía, también serviría para el desarrollo social, la construcción del socialismo en la región y para contribuir a un mundo pluripolar».

Desde entonces invitó a los países amigos a enviar jóvenes para capacitarse y acabar con el analfabetismo tecnológico, idea reiterada muchas veces después porque el Simón Bolívar «está concebido como un satélite-escuela».

Para ello están en marcha proyectos de pasantías destinados a jóvenes estudiantes, civiles y militares, así como se activarán nuevos mecanismos de solidaridad con los estados miembros del ALBA, PetroCaribe y otros bloques integracionistas.

La ministra para Ciencia y Tecnología, Nuris Orihuela, expresó que «este satélite se diferencia de la mayoría de los que circulan en la órbita terrestre, por su carácter socialista».

A su vez, aseguró que actuará como una herramienta de integración para el continente, porque su señal no solo abarcará el territorio nacional, sino que irá desde el sur de México, hasta la mitad de Argentina y Chile, pasando por Centroamérica y el Caribe.

El próximo satélite venezolano será construido en territorio nacional, gracias a la transferencia tecnológica entre China y Venezuela, que ha permitido capacitar a más de mil venezolanos en técnica satelital.

Ya se acomete la construcción de un Centro de investigación y desarrollo, donde se pueda terminar ese primer satélite para finales de 2012. Venezuela también contará con una Agencia Espacial Suramericana y Caribeña en 2013.

«Este segundo satélite será de órbita baja, lo que significa que su realización no será tan compleja como lo fue la del Simón Bolívar, que, al ser geoestacionario, se convierte en un satélite de órbita alta. Y un satélite de órbita baja lo podremos realizar en 18 meses», afirmó la titular venezolana de Ciencia y Tecnología.

La red al día

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