Un susto, sal bajo la lengua y tomar agua sin respirar son algunas de las acciones más socorridas cuando una persona sufre de hipo. Sin embargo, ¿cuánto de realidad hay en estas «técnicas» para eliminar los espasmos del diafragma que provocan una inspiración súbita de aire?
Investigaciones revelan que aquellos métodos que aumentan los niveles de dióxido de carbono en la sangre pueden reprimir los espasmos del diafragma. Estas técnicas incluyen aguantar la respiración o respirar dentro de una bolsa.
Ello se debe a una forma de distraer al cuerpo, de manera que se preocupe por el aumento de dióxido de carbono en vez de los espasmos; otros, en cambio, se preguntan si el hipo no es resultado de niveles bajos de esta sustancia, con lo cual, si esta aumenta, el hipo se suspende.
También puede ser útil estimular al nervio vago, que corre desde el cerebro hasta el estómago, coordinando el respirar con el tragar. Se recomiendan métodos como tragar rápidamente agua, morder un limón o comer hielo picado. También, es válido halarse la punta de la lengua, ponerse los dedos en los oídos o presionar suavemente los ojos.
Y, por supuesto, no puede faltar el tan socorrido susto. Los estudios han demostrado que la idea es distraer al cuerpo haciendo que algo dramático suceda, situación que se produce cuando a uno lo «sorprenden».
Se estima que hay más de cien condiciones médicas diferentes que pueden causar hipo, o bien este puede ser provocado por medicamentos, como algunos anestésicos, esteroides, drogas para párkinson y quimioterapia. Pero en la mayoría de los casos, esta alteración es benigna y no responde a esas causas.
Los detonantes más frecuentes son reírse, tomar mucho alcohol, comer demasiado rápido o tomarse algo gaseoso. También puede empezar espontáneamente sin razón alguna.