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Biotecnología cubana: plataforma para el futuro

La biotecnología cubana ha logrado desarrollar productos de probada efectividad en diagnóstico, prevención o curación de unas 26 enfermedades crónicas o infecciosas, además de trabajar en varias decenas de nuevas moléculas y formulaciones

 

Autor:

Mileyda Menéndez Dávila

La bioinformática, la genómica, la proteómica y la nanomedicina asociada a sistemas de liberación lenta de la droga en el organismo y al uso de partículas semejantes a virus en cuanto a tamaño (en inglés se conocen como Drugs delivery y Virus like particles, VLP) son plataformas tecnológicas que se desarrollan aceleradamente en los polos científicos del país, a las cuales dedicó varias sesiones el recién concluido congreso Biotecnología Habana 2009.

Según explicó a JR el doctor Eduardo Martínez, director de la Unidad de Desarrollo del Centro de Ingeniería Genética y Biotecnología (CIGB), el propósito de estas nuevas técnicas es potenciar el desarrollo de partículas nanométricas (una millonésima de milímetro) en las que encapsular el medicamento y suministrarlo al paciente de una sola vez en una inyección; luego estas moléculas se liberan lentamente en el organismo con mayor eficacia y menos toxicidad que los tratamientos actuales.

Gracias al desarrollo de instrumentos de observación, manipulación y cómputo cada vez más precisos, la ciencia mundial ha puesto énfasis en el estudio de diminutas proteínas (proteómicas) y en la capacidad de respuesta e interacción de los genes (genómica) en busca de una medicina cada vez más personalizada, además de potenciar software bioinformáticos que simula el trabajo de las futuras moléculas y predice resultados o sugiere caminos para ahorrar tiempo y recursos en cada investigación.

Para Cuba ya no se trata de ciencia ficción. Sobre esas plataformas se montan varios de los productos patentados y las investigaciones en curso, como los candidatos vacunales contra la hepatitis C, el dengue o el VIH, e incluso un nuevo interferón que saldrá al mercado el próximo año.

La intención de los polos científicos sigue siendo la de desarrollar vacunas y tratamientos de alto impacto social y económico a partir de recursos humanos propios, aseguró el doctor Luis Herrera, director del CIGB.

La meta primaria de estos productos y servicios es el sistema de salud cubano, pero también se potencian necesidades de otros países en desarrollo para los cuales es difícil acceder a los fármacos de grandes compañías internacionales.

La biotecnología cubana ha logrado desarrollar productos de probada efectividad en diagnóstico, prevención o curación de unas 26 enfermedades crónicas o infecciosas, además de trabajar en varias decenas de nuevas moléculas y formulaciones (en distintas fases de diseño o ensayo clínico).

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