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Ryugu confiesa todo

Unos pocos gramos extraídos de un lejano asteroide tienen mucho que decirnos sobre nuestro mundo

Autor:

Iris Oropesa Mecías

Hace apenas dos días, como si los científicos del mundo supieran que no logramos decidirnos sobre cuál tema tratar primero, han anunciado otro bombazo de hallazgo.

Ahora, un equipo japonés asegura haber encontrado otra pista sobre la eterna pregunta en torno al surgimiento de la vida en la Tierra. Afirman que hallaron, nada menos que en un asteroide, la llamada molécula de la vida, una de las «letras» del Ácido Ribonucleico (ARN).

No es una afirmación pequeña. Por eso será mejor escuchar lo que tienen que contarnos al respecto.

Un asteroide que habla

Unos cinco gramos de tierra extraída por la sonda espacial Hayabusa 2 de la superficie del asteroide Ryugu son el nuevo suceso.

Modelo simulado de la sonda Hayabusa 2. Foto: Xataka

Este asteroide, de unos 900 metros de diámetro, que orbita entre Marte y la Tierra a unos 100 000 kilómetros, ha sido estudiado por la sonda, y apenas unos gramos de su tierra cuentan sobre el material básico con que se formaron los planetas, el nuestro incluido.

Los esfuerzos de Japón por «sacar información» como esta de un asteroide vienen al menos desde 2012, cuando una primera sonda Hayabusa intentó esta recolección, sin lograrlo, en el asteroide Itokawa.

Luego, para 2020, la segunda Hayabusa intentaría una estrategia diferente y más agresiva: disparar a la superficie de Ryugu para extraer el material subyacente bajo la primera capa.

Después de lograrlo, esta sonda aterrizaba ese mismo año en Australia, trayendo consigo las buenas nuevas: la molécula de la vida estaba contenida en los 5,4 gramos más prístinos de polvo de asteroide al que jamás los seres humanos hubieran tenido acceso. El mismo componente del que se formaran los planetas que hoy conocemos, el uracilo, la llamada molécula de la vida, estaba contenida en ese polvo.

Uracilo en la raíz de todo

Nature Comunications fue la revista especializada elegida para hace apenas unos días contar esta historia.

En el artículo, los científicos protagonistas del hallazgo detallan por qué es tan importante haber encontrado uracilo en este poco de tierra de asteroide.

El uracilo es una de las cuatro letras genéticas de las que se compone el ARN y desde hace mucho tiempo se piensa que una forma más simple de él haya sido el componente base de la vida en la Tierra.

Yasuhiro Oba, bioquímico de la Universidad de Hokkaido y primer autor del estudio, explica al diario español El País que «la presencia de uracilo en Ryugu es una prueba concluyente de que este compuesto está presente en el material extraterrestre (que compone asteroides y otros cuerpos).

«Este hallazgo refuerza aún más la hipótesis de que las moléculas orgánicas presentes en meteoritos, asteroides y cometas contribuyeron a la evolución prebiótica de la Tierra temprana y posiblemente al origen de la vida en este planeta», asegura.

El equipo de la Agencia Espacial Japonesa también ha hallado otros compuestos orgánicos, como el ácido nicotínico. En nuestro planeta, esta molécula ayuda a los seres vivos a extraer energía de los nutrientes, crear reservas de colesterol y grasa y formar y preservar el ADN.

¿Cómo se formó la Tierra?

En resumen, la historia que cuentan estas nuevas evidencias, (nuevas, además, porque jamás los humanos habían hallado uracilo en polvo de asteroides), es la de planetas rocosos que aprovecharon el material

Según la teoría de mayor consenso científico, la Tierra se formó hace 4 500 millones de años a base de polvo y rocas acumulados en torno al sol.

El material que no formó a los grandes planetas, como Júpiter y Saturno, quedó disponible para formar los cuatro planetas rocosos: Marte, Venus, Mercurio y nuestro planeta.

Más tarde, con el bombardeo de asteroides y meteoritos que impactó la Tierra, habrían llegado otros componentes orgánicos de ARN y ADN que viabilizaron la vida en nuestro hogar, en un ambiente cálido y con presencia de agua, como este que ahora se halla en la superficie de Ryugu.

Los meteoritos y asteroides cuentan cuentas

Con estos nuevos resultados, además, se confirma otra vez la validez de los meteoritos y asteroides como una especie de archivo de información en el espacio.

En los restos de meteoritos estudiados ampliamente antes, que no son más que fragmentos de asteroides que llegan a nuestro planeta, se han hallado ya las demás «letras» o moléculas de la vida, que componen el ARN y el ADN: adenina (A), citosina (C ), guanina (G) y timina (T).

En el propio Ryugu, este mismo equipo nipón había anunciado antes la presencia de aminoácidos, ladrillos fundamentales para formar proteínas a partir de la información almacenada en el ADN.

Curiosamente, estos aminoácidos de Ryugu no coincidían con ninguno de los conocidos en la Tierra. Así que sí, nuevamente, los asteroides y meteoritos cuentan cuentos de nuestros orígenes. Será buena idea siempre pegar los oídos para escuchar lo que tienen que decirnos sobre nosotros mismos.

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