El uso de inteligencia artificial y artículos científicos echa a volar la imaginación sobre cómo seremos en unos años
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Si partimos de que la evolución adaptativa es un proceso para adecuar los organismos a nuevas situaciones, es lógico que especulemos sobre cómo cambiarían nuestros cuerpos en diferentes contextos, y en ese ejercicio de imaginación, pensar en cómo luciremos a partir de los estilos de vida actuales, se ha vuelto el pasatiempo de aficionados y científicos por igual.
Ahora, una empresa internacional de telecomunicaciones llamada Toll Free Forwarding ha generado mediante inteligencia artificial y algunos artículos investigativos un modelo de cómo sería nuestro cuerpo para el año 3000, de seguir viviendo según los patrones actuales, y estas fotos nos revelan el fruto de su proyecto, una mezcla de resultados científicos y algo de imaginación.
A medio camino entre la ciencia y la ficción, esta simulación nos muestra a un Homo sapiens de cerebro más pequeño, con una notable inclinación en la zona cervical, una mano engarrotada, y un párpado interno en sus ojos.
Según los autores de esta iniciativa, para llegar a este modelo han usado varios estudios científicos serios, pero no afirman que su proyecto pueda clasificarse como un estudio propiamente académico o científico.
Foto: Tomada de Xataka
Aun así, examinarlo a la luz de sus suposiciones es un buen ejercicio para la curiosidad y el análisis de nuestros estilos de vida actuales.
La espalda y el cuello de Mindy, el nombre dado a la simulación, aparecen inclinados hacia su pecho. La razón sería el diseño y los hábitos típicos de los usuarios de los objetos tecnológicos contemporáneos porque, según el especialista de Salud consultado por el proyecto, «tienen un impacto significativo en la forma en que nos sentamos y nos paramos. Mirar hacia abajo a nuestro teléfono o hacia arriba en la pantalla de nuestra oficina tensa partes de nuestro cuerpo que determinan nuestra postura».
Esta «joroba» sí está documentada en artículos científicos con el nombre de «cuello tecnológico», y está asociado al peso de nuestros cuerpos y la cantidad de tiempo que pasamos usando elementos tecnológicos como los ordenadores y teléfonos.
El brazo de Mindy revela cambios anatómicos significativos, en especial, la mano en garra, que surgiría de sostener constantemente el móvil en la mano curvando los dedos en una posición poco natural durante largos períodos de tiempo.
A través del testimonio de un especialista, Nikola Djodjevic, pero del que no cita artículos, el estudio lo relaciona con el actual síndrome del túnel carpiano, que tiene entre sus posibles causas la sujeción del teléfono.
Asimismo, el codo de Mindy estaría fijado en 90 grados, debido a la posición típica del brazo al sostener y usar teléfonos inteligentes. Este modelo lo vincula con el actual síndrome del túnel cubital y cita como su origen las posiciones poco naturales causadas por el uso de la tecnología.
Como en el punto anterior, otro supuesto cambio que mostraría el humano del año 3000 sería un párpado interno, parecido al de los gatos, supuestamente destinado a proteger la vista de los daños que podría causar la luz de los dispositivos tecnológicos.
El uso excesivo de pantallas puede llevar a dolor de cabeza o fatiga visual, y está documentado. Los autores del proyecto se preguntan cómo sería la adaptación para contrarrestarlo, y terminan por apostar por este doble párpado.
Para ello, citan una hipótesis de Kasun Ratnayake, de la Universidad de Toledo (EE. UU.), quien sugiere que «los humanos pueden desarrollar un párpado interno más grande para evitar la exposición a la luz excesiva, o el cristalino del ojo puede desarrollarse evolutivamente de modo que bloquee la luz azul entrante, pero no otras luces de alta longitud de onda como el verde, el amarillo o el rojo».
Además de estos cambios anatómicos, la simulación ofrece una última variación posible para el cuerpo humano: tendríamos cerebros mucho más reducidos.
Sostiene la empresa creadora de este proyecto que la tecnología también tendría parte de la culpa. Alude a la teoría de la idiocracia y a artículos sobre cómo el cerebro humano ya se ha encogido durante la evolución.
Si bien Mindy no ha sido fruto de un estudio científico riguroso, sino de la combinación de varios artículos especializados, inteligencia artificial y bastante imaginación, lo que sí es útil de este proyecto es la idea de generar este tipo de modelos a partir de estudios reales.
Además, nadie deja en duda que estos ejercicios de curiosidad pueden dar pie a verdaderos pronósticos con base especializada y, sobre todo, a la reflexión sobre los modos de vida que hoy seguimos cultivando.
Es la creación de modelos inteligentes de aprendizaje automático para admitir análisis avanzados. Estos modelos utilizan diversos tipos de algoritmos para reconocer patrones en los datos y sacar conclusiones de una forma que emula la pericia humana.
El objetivo de los modelos de inteligencia artificial es utilizar uno o más algoritmos para predecir resultados o tomar decisiones sin necesidad del análisis directo del ser humano, intentando comprender la relación entre múltiples entradas de diversos tipos, en este caso, los artículos científicos.
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