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¿Cómo «fabricar» esperma a partir de la piel?

Mediante técnicas de medicina regenerativa, los expertos pretenden crear gametos artificiales capaces de generar vida

Autor:

Patricia Cáceres

El 15 por ciento de las parejas en el mundo no pueden concebir hijos. En la mayoría de los casos su única opción es la donación de óvulos o esperma de terceros. No obstante, ello no resuelve el más importante dilema: que los bebés sean genéticamente propios.

La solución podría estar en manos de científicos del Instituto Valenciano de Infertilidad (IVI) y del Centro de Investigación Príncipe Felipe de España, en colaboración con la Universidad de Stanford, Estados Unidos.

Al parecer, han logrado «fabricar» esperma para hombres infértiles con técnicas de medicina regenerativa. Solo se necesitaría —aseguran— una muestra de piel de un varón para conseguir en el laboratorio los gametos (célula que tiene una función reproductora, ya sean ovocitos o espermatozoides) necesarios con los que realizar una fecundación in vitro. Aunque todavía incapaces de fecundar, suponen un paso importante para resolver los problemas de fertilidad.

«Cóctel» de seis genes

Como parte del experimento, los investigadores reprogramaron células maduras de una muestra de piel, introduciéndoles un cóctel de seis genes que son imprescindibles para la formación de gametos hasta transformarlas en espermátides o espermatozoides inmaduros.

«¿Qué pasa cuando una persona que quiere tener un hijo carece de gametos? Este es el problema que queremos abordar: poder crear gametos en quienes no los poseen», afirmó Carlos Simón, director científico del IVI.

Estas células, con marcadores compatibles con células germinales, son el primer paso para obtener espermatozoides maduros y fértiles, según un artículo publicado en la revista especializada Scientific Reports.

«Es un espermatozoide, pero necesita una fase de madurez superior para convertirse en un gameto competente. Es solo el comienzo», explicó Simón.

Este logro todavía dista del obtenido por unos investigadores chinos este año, quienes criaron ratones a partir de esperma creada artificialmente e inyectada en un óvulo que, a su vez, fue implantado en una hembra.

Con la especie humana —recalcó el especialista— tendremos que hacer muchísimas comprobaciones porque de aquí va a nacer un niño.

Ello sin mencionar las limitaciones legales que supone la creación de embriones artificiales, algo solo permitido en algunos países como Inglaterra. De hecho, allí prevén continuar con los estudios. «Estamos hablando de un proyecto de largo recorrido», anunció Simón.

Según el diario ABC, esta fórmula de reprogramación directa ya ha sido utilizada, por ejemplo, para fabricar células cardiacas (miocardiocitos) y neuronas o células de Leydig (del testículo). Sin embargo, es la primera vez que se logran células germinales de la especie humana.

¿Un sistema seguro?

El pasado febrero investigadores chinos anunciaron el nacimiento de la primera prole de ratones sana y fértil concebida con esperma creado en laboratorio. Demostraron que era posible generar gametos masculinos en un proceso que íntegramente se podía realizar in vitro, sin interferencias. Se trataba del último paso en una carrera científica que intenta acabar con la infertilidad masculina.

Si bien era un protocolo experimental con ratones, la investigación sentaba las bases para que en el futuro la humanidad disponga de un sistema seguro para generar espermatozoides.

De hecho, los investigadores valencianos ya han dado el siguiente paso, al trasladar este avance en ratones al modelo humano.

Pero el equipo de expertos prefiere no mostrarse demasiado optimista, puesto que la investigación aún requiere un recorrido de cinco años hasta que se logre un sistema seguro para llevarla a la práctica. Ello sin mencionar los dilemas éticos que supone la creación de células germinales.

Si bien pocos cuestionan la capacidad de la medicina regenerativa para crear células cardiacas o renales que reparen corazones y riñones, las reglas del juego cambian cuando se habla de la creación de gametos artificiales que podrían dar lugar a otra vida.

Numerosas voces se han alzado en contra de este tipo de experimentos y reclaman otras alternativas para tratar la infertilidad.

Padres de la reprogramación celular

Los investigadores del Instituto Valenciano se inspiraron en la técnica de reprogramación celular para convertir células adultas en células madre, concebida por el japonés Shinya Yamanaka y el británico John Gurdon, galardonados en 2012 con el Premio Nobel de Medicina.

En 2006, en medio del debate sobre la conveniencia de legalizar la clonación y destruir embriones para utilizar sus células madre, Shinya Yamanaka demostró que bastaba con insertar cuatro genes para transformar una célula de la piel en una que se comportara como si fuera embrionaria.

Ese nuevo tipo celular, que llamó iPS, significó el punto de partida para generar en el laboratorio neuronas, células musculares, cardiacas… o cualquiera de los más de 220 tipos celulares de un organismo humano.

Fue un hito científico que abrió las puertas a la creación de tejidos y órganos de recambio, listos para trasplante, sin rechazo inmunológico ni reparos éticos.

Su trabajo zanjó un debate sobre el uso de embriones y la clonación terapéutica al demostrar que para intentar curar ya no era necesario ni crear ni destruir embriones humanos.

Ambos científicos revolucionaron la medicina regenerativa y derribaron dogmas científicos que parecían inmutables. Sus trabajos demostraron que se puede dar marcha atrás al reloj biológico y reprogramar células adultas y diferenciadas para devolverlas a su estado inicial.

«Reprogramando estas células humanas, los científicos han creado nuevas oportunidades para estudiar enfermedades y desarrollar métodos de diagnóstico y terapia», subrayó la Academia Sueca en la argumentación del premio.

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