Juventud Rebelde - Diario de la Juventud Cubana

Premiemos lo justo

Autor:

Ana María Domínguez Cruz

«El Departamento de Recursos Humanos no tendrá más trabajo, sino el mismo con más responsabilidades, así que no recibirán sus trabajadores más remuneración». Confusa frase, ¿verdad? Forma parte del diálogo entre un empleado de una empresa y su Director, y podemos verlo en un video que circula en las redes sociales y que, lejos de ser imaginario, evidencia un fenómeno lamentablemente visible en no pocas circunstancias.

Ante la ausencia de personal en una plaza y la necesidad de cumplir con su contenido laboral, ese Director decidió que otros agregaran a sus deberes aquellos de aquel puesto, sin devengar el salario correspondiente por ese concepto. Quedó asombrado el empleado, y hasta yo, no por ignorar que la situación descrita sucede, sino por leer los miles de comentarios a esa publicación, relatando sucesos similares.

Es realmente injusto. Si cada plaza laboral es remunerada y si alguien realiza satisfactoriamente el trabajo de dos o más, ¿por qué no puede recibir el pago por ello?

Pregunta sencilla, respuesta compleja. La otra interrogante buscaría saber qué se hace entonces con el salario que no se paga, aun cuando los resultados del trabajo asociado a ese puesto evidencian que fue desarrollado.

Pienso entonces, por ejemplo, en el pan de cada día en el ámbito radial, que me toca de cerca. Si quien dirige un programa también hace la locución, ¿por qué cobraría un desempeño completo y el otro a la mitad? Fue así durante mucho tiempo hasta que, finalmente, la Resolución 69/2021 del sistema de pago específico a los trabajadores que participan en la producción y transmisión de programas de la actividad presupuestada de la Radio Cubana amparó de manera justa el pago total por cada labor.

Recuerdo también haber conocido hace un tiempo que profesionales de la Salud Pública de un hospital realizaban —y que conste, no sé si aún lo realizan— el trabajo que homólogos suyos debían hacer en otro hospital, cuyas plazas no estaban cubiertas. Un solo salario recibían, como trabajadores de su institución; y el trabajo que hacían de la otra entidad, ¿no podía ser recompensado?

Es erróneo pensar que alguien puede enriquecerse por recibir dos salarios o más, siempre y cuando realice el trabajo correspondiente a los puestos laborales en cuestión. ¿Por qué no premiar esa capacidad?

Advierto, no abogo por despedir personal ni obligar a quienes no estén evaluados para ello a trabajar el doble o el triple, porque la idea no es perder calidad, bajar rendimiento e inducir al estrés a los trabajadores.

Sin embargo, insto a pensar en lo ventajoso que resulta que una misma persona, si tiene habilidades probadas, pueda asumir varias responsabilidades y recibir el dinero correspondiente a cambio.

Volviendo al entorno radial, puede ser una misma persona el guionista, el locutor, el director y el realizador de sonido, como en el campo audiovisual puede ser el guionista, el director de fotografía, el director, el operador de una cámara y el editor. O en este gremio, el periodista puede ser también el fotógrafo cuando trabaje en un reportaje; o un albañil puede asumir tareas relacionadas con la electricidad y la plomería, si tiene el conocimiento para eso. ¿Acaso no podría un carpintero tapizar un mueble también? En todos los casos, trabajando bien y cumpliendo con lo establecido, la remuneración completa es lo esperado.

A veces —y reitero, si el conocimiento y las habilidades lo demuestran—, con menos personas de las que la nómina indica se puede obtener el resultado laboral necesario. Pero hay que premiar, eso sí, lo justo.

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