Juventud Rebelde - Diario de la Juventud Cubana

Nosotros los protagonistas

Autor:

Roberto Díaz Martorell

La participación popular es un concepto que se refiere al protagonismo de la población en los procesos de desarrollo local, especialmente en lo que concierne al mejoramiento de los escenarios comunitarios.

Estos entornos son los espacios físicos, sociales, culturales y ambientales donde se desenvuelve la vida cotidiana de las personas, y que influyen en su calidad de vida, bienestar y convivencia.

El mejoramiento de los entornos comunitarios implica la transformación positiva de estos espacios, mediante la intervención de los actores locales, con el fin de satisfacer las necesidades, demandas y aspiraciones de la población.

Cuando se apela —y se aplican— los presupuestos de la ciencia para unir esfuerzos, conocimientos y actitudes en función del mejoramiento del entorno social, los resultados son evidentes, como una imagen capturada por el mejor fotorreportero.

En las páginas de este diario, y en muchas otras, además de en las redes sociales de internet, se pueden observar los avances en el barrio capitalino El Morao, en La Lisa, y en muchos otros lugares de todo el país que se transforman hoy gracias a la contribución de los residentes y entidades ubicadas en esas comunidades.

Esta realidad es el resultado de la articulación eficiente de las redes sociales humanas para la autogestión del desarrollo, las que se forman a partir de las interacciones, vínculos y relaciones entre las personas que comparten intereses, objetivos, valores, creencias, necesidades o problemas comunes.

En los entornos comunitarios de Cuba, especialmente en aquellos que enfrentan situaciones de vulnerabilidad, estas redes sociales humanas son un factor clave para hacer realidad los sueños, aspiraciones y necesidades que ellos mismos identifican, diseñan, ejecutan y evalúan las soluciones de acuerdo con los problemas que les afectan.

Según la literatura especializada, entre los beneficios que aportan las redes sociales humanas a la autogestión del desarrollo figuran el acceso a información, conocimiento, recursos, servicios y oportunidades que pueden mejorar las condiciones de vida de las personas en las comunidades.

En ese sentido, una articulación coherente y efectiva fomenta la participación democrática de todos los actores en una comunidad y aporta transparencia y control social en la gestión pública y privada de los asuntos en esos escenarios poblacionales.

Así, no solo se gestionan internamente las soluciones a problemas comunes, sino que también se genera un proceso de fortalecimiento de identidad y se consolida un ambiente cultural, de confianza y de sentido de pertenencia.

En su reciente visita al barrio El Morao, el Presidente cubano Miguel Díaz-Canel Bermúdez habló sobre la importancia de continuar trabajando en lo social a pesar de las limitaciones materiales.

Recalcó que el progreso no siempre está ligado a recursos financieros ilimitados y que es crucial seguir adelante y encontrar formas creativas de abordar los desafíos sociales.

Además, la mentalidad positiva y proactiva de las redes sociales humanas en Cuba es fundamental para el desarrollo sostenible de cualquier comunidad o país en la ruta de construir un futuro más equitativo y próspero para todos y demuestra, además, que el compromiso y la determinación son también un recurso de alto valor para esos propósitos.

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