Juventud Rebelde - Diario de la Juventud Cubana

El Rubicón económico cubano

Autor:

Ricardo Ronquillo Bello

Como el guerrero Julio César en medio de su porfía conquistadora, la economía cubana parece estar frente a otro Rubicón. El 2013, según han anunciado los altos responsables de la actualización, debe marcar el inicio de la etapa más profunda de la radical transformación económica en marcha.

Pese a que no siempre se pueda percibir la fuerza del magma que está sacudiendo al país, algunos no vean con claridad los caminos abiertos, o las transformaciones no ofrezcan hasta hoy todos los beneficios esperados, lo que está ocurriendo es un verdadero volcán, que terminará por dejar una nueva geografía en la economía y en otros importantes aspectos.

No pocos analistas prestigiosos afirman que la magnitud de estas medidas trasciende el significado que tradicionalmente se le ha asignado a la palabra actualización, con la que se definieron las transformaciones aprobadas en el VI Congreso del Partido —sin concesiones hacia el capitalismo—, recogidas claramente en los Lineamientos de la Política Económica y Social del Partido y la Revolución.

Lo que sí es evidente es que nada parece estar a salvo del enorme proceso en marcha. Las interrogantes y los cambios van desde un tema tan definitorio y sensible como el papel del Estado y las formas en que se gestiona la propiedad, hasta cómo y a quién dirigir los subsidios, para mencionar solo dos extremos del vasto e inabarcable abanico de definiciones y cambios.

En el tablero de las transformaciones están en juego aspectos estructurales, funcionales, institucionales, jurisdiccionales y hasta políticos con derivaciones en lo económico y lo social, con un énfasis especial en la importancia de solidificar el proceso de institucionalización.

Basta para graficarlo la entrada en vigor, el pasado 14 de enero, de la nueva Ley Migratoria, que además de las implicaciones que se le derivan en el ámbito del derecho individual de las personas, acentúa las bases para la normalización de las relaciones entre la nación y su emigración. En el terreno político está la decisión de que las más importantes responsabilidades públicas solo puedan ser ostentadas por dos períodos no mayores de cinco años y la separación de las funciones entre quienes dirigen las asambleas populares y los gobiernos provinciales.

Uno de los vuelcos conceptuales y prácticos menos difundidos, aunque de los más significativos, es precisamente que se haya aceptado que una cosa es el Estado como propietario en nombre de la nación y del pueblo, y otra los diversos modelos en que puede gestionarse la propiedad.

Una aclaración de esa naturaleza es la que permitió avanzar hacia la ampliación del trabajo por cuenta propia o la pequeña propiedad personal o familiar, la apertura experimental de más de 200 cooperativas en el sector no agropecuario que debió comenzar a inicios de este año, la entrega de tierras ociosas en usufructo, el arrendamiento de locales estatales de servicios, y el ensayo para transformar raigalmente la empresa estatal socialista que también comienza en el año en curso, categorizada como el corazón de la economía y de la actualización.

El vuelco es tan sustancial, que se maneja que el trabajo no estatal pudiera llegar a aportar cerca de la mitad del producto interno bruto del país.

La actualización ha modificado el mapa de la propiedad y la gestión agraria nacional, dejando atrás la hegemonía estatal, a partir de la entrega de tierras en usufructo, las cooperativas de producción agropecuaria y las unidades básicas de producción cooperativa, beneficiadas con 17 medidas para liberarlas del tutelaje de la empresa estatal y ponerlas en igualdad de condiciones para producir.

Cuba salta la barrera de una economía y una sociedad fuertemente verticalizadas hacia otra más horizontal, se abre a formas más socializadas de gestión de la propiedad, y define en mayor medida las diferencias entre la propiedad estatal y la social, en beneficio de la segunda; todo lo cual debería contribuir a zanjar el arrastre de las experiencias socialistas con respecto a la enajenación de los trabajadores de los procesos productivos.

Lo cierto es que con las mencionadas transformaciones, y otras que no se mencionan en este trabajo, la economía del país apunta crecimientos, aunque sin lograr el despegue requerido.

La falta de créditos y financiamientos a consecuencia de errores internos y del bloqueo económico, las bajas tasas de inversión, y los incumplimientos de los planes en ese campo por más de 20 años, además de la obsolescencia tecnológica, entre otros problemas, están indicando un difícil remonte de la crisis, agravada por la que sacude al mundo. Todo ello cuando analistas apuntan que para superar con mayor rapidez la situación actual se requieren ritmos de crecimiento del PIB superiores al siete por ciento, y hoy están en alrededor del tres.

Por ello es tan desafiante el paso de la frontera de este 2013, y lo que espera en la orilla de este otro Rubicón.

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