La insania de una sociedad que basa una parte de su cultura en la violencia, se puso nuevamente de manifiesto este sábado cuando se supo que fueron arrestados dos adolescentes en el condado neoyorquino de Suffolk porque planearon un ataque contra estudiantes y personal docente de una secundaria de Long Island.
El revelador diario del muchacho no identificado y la ficha policial de Michael McDonough. Fotos: Newsday
Los muchachos pretendían que la agresión contra la secundaria Connetquot en Bohemia, localidad ubicada a unos 80 kilómetros al este de la ciudad de Nueva York, coincidiera con el noveno aniversario de la masacre de Columbine, ocurrida el 20 de abril de 1999 en esa localidad de Colorado, cuando otros dos jóvenes, Harris y Klebold, mataron a 12 estudiantes y un profesor, antes de suicidarse.«Iniciaré una cadena de terrorismo en el mundo». «Esto hará historia. Matar a todo el mundo allí. Perfecto», escribió en su diario el muchacho de 15 años, quien recientemente había sido suspendido de esa escuela secundaria por haber proferido amenazas. El otro adolescente tiene 17 años y, según allegados citados por AP, es una persona que busca llamar la atención.
La policía conoció del caso porque el diario fue casualmente encontrado por una mujer en el parqueo de la cafetería McDonald en que trabajaba el menor.
De acuerdo con las informaciones, ambos jóvenes fueron acusados de asociación delictuosa, un cargo menor, que se castiga hasta con un año de cárcel, a pesar de que tenían un plan delineado en un video, donde revelaban por sus nombres a varias posibles víctimas.
«Es algo que da miedo», «es devastador», «no tenían miedo de actuar», fueron algunos de los comentarios de padres o condiscípulos del estudiante de Connetquot, una secundaria con capacidad para 2 300 alumnos.
Ahora, cumpliendo la orden del juez, el muchacho del diario —cuyo nombre no se ha dado a conocer— es evaluado psicológicamente en el Hospital Infantil Sagamore; mientras que Michael McDonough, el de 17 años, se declaró inocente al ser encausado este viernes.
Según el diario Newsday, los adolescentes intentaron comprar en Internet una subametralladora Uzi, un fusil de asalto AK-47 y cinco libras de pólvora negra.
Un maestro de Connetquot, Anthony Felicio Jr. hizo un comentario que describe como ningún otro una situación que se generaliza: «Me gustaría decir que estoy choqueado, pero ya nada me impresiona», aunque añadió que aquella es «una escuela muy segura».
A pesar de ello, se reconoció por otras autoridades escolares que en abril y mayo pasado aparecieron grafitis en los baños escolares con amenazas de bombas, lo que llevó al cacheo de los estudiantes cuando abordaban los ómnibus escolares o llegaban al centro de enseñanza; y el mes pasado en una página web del distrito donde se ventilan rumores un padre preguntaba si era verdad que un estudiante había sido arrestado por amenazas de violación y muerte a sus compañeros de aula. El administrador del distrito respondía: «El rumor es falso»...
¿Son inexplicables estos estallidos de violencia escolar? ¿Nunca podrá entenderse qué los lleva a tan terrible actitud? ¿Esos impulsos psicópatas personales forman parte de una paranoia colectiva alimentada a diario por guerras y medios?
Los dos de Connetquot querían emular a los de Columbine que a su vez quisieron rememorar la carnicería terrorista de Timothy McVeigh en Oklahoma City. Todos usaron casi una idéntica frase: «infligir la mayor cantidad de muertes de la historia de Estados Unidos».
Una pregunta, a lo mejor tonta, pero... quién sabe: ¿Alguien ha revisado el diario personal de George W. Bush para ver si hay una frase similar? La única diferencia es que la infamia devastadora con que ha atacado a Iraq y Afganistán es a una escala mayor que Oklahoma City, Columbine o Connetquot, pero tiene la misma fría y calculadora furia homicida...