La congresista norteamericana de origen cubano, Ileana Ros-Lehtinen, a manera de una terrorista cualquiera se manifestó públicamente a favor de asesinar a Fidel.
Lo hizo recientemente en el transcurso de una entrevista que concedió a un documentalista británico al que, sin embargo, luego acusó de tergiversar sus palabras.
Este último, Dollan Cannel, le contestó enviando a varios reporteros una versión del documental sin editar y el texto del diálogo que sostuvo con la legisladora republicana.
Y junto a eso declaró: «Su acusación es totalmente falsa y me gustaría que se retractara de lo que dijo y pidiera disculpas».
Ros-Lehtinen no se atrevió a responder directamente. Prefirió echar marcha atrás el pasado día 22 mediante su asesor de prensa, Alex Cruz, quien manifestó: «Si está en el documental ella lo dijo».
Otro golpe a la frágil credibilidad de Ros-Lehtinen, precisamente cuando debe asumir la jefatura de los republicanos en el Comité de Relaciones Exteriores de la Cámara de Representantes.
Pero no sorprende. Una pequeña muestra de sus antecedentes ayuda a explicarlo.A mediados de 1989 ella fue en Miami la más apasionada defensora del terrorista Orlando Bosch Ávila cuando el Departamento de Justicia de los Estados Unidos trató de expulsarlo por su escandaloso comportamiento delictivo.
Lo explicó el asistente del Fiscal General, Joseph Whitley, al redactar la orden de deportación: «Orlando Bosch se ha mostrado durante más de 30 años decidido e indeclinable», en su apoyo «a la acción terrorista».
¿Quién es el principal socio de fechorías de Ileana? Lincoln Díaz-Balart, el cual en agosto de 1994 recomendó autorizar los ataques terroristas contra Cuba, y el 22 de marzo de 2004 llamó en el Canal 41 de la televisión de Miami a matar a Fidel.
Tanto uno como otro deben su carrera política al respaldo de quienes hace años conformaron el brazo militar clandestino de la titulada Fundación Nacional Cubano Americana (FNCA).
El 3 de octubre de 1994 la revista norteamericana The New Republic dio a conocer que Ileana y Lincoln se enriquecieron gracias a las «grandes contribuciones» que les hizo la FNCA.
Han sido numerosas las maquinaciones contra Cuba llevadas a efecto en el Congreso de Washington donde ha participado ese dúo de cuna batistiana y ejecutoria propia del hampa política de Miami.
Un hecho sintetiza su pensamiento y actividad. La escena donde Ileana Ros-Lehtinen envolvió al niño cubano Elián González en la bandera de los Estados Unidos, cuando estuvo prisionero en aquella ciudad.
Todo un símbolo respecto al futuro que aguardaría a la Isla si triunfaran sus enemigos. Ileana es uno de ellos, con su credibilidad aún más estrujada por las verdades de un documentalista británico.