En áreas agrícolas de Cuba se han observado severos impactos en los cultivos agrícolas causados por el ozono, que han puesto en peligro el suministro de alimentos a la población, como es el cultivo del ajo, donde en el año 1992 se perdía el 73% de la cosecha, también en la industria tabacalera, que es uno de los principales renglones de la economía del país, estos impactos llegaron a observarse en 2500 ha.