Juventud Rebelde - Diario de la Juventud Cubana

EE. UU. e Israel abren puertas a guerra infinita

En una escalada de proporciones alarmantes, que solo es posible con el total consentimiento de la Casa Blanca —o, tal vez, el absoluto desprecio a lo que resta del mandato de Joseph Biden— el Gobierno israelí desafía con total impunidad el derecho internacional, sin reparar en consecuencias

Autor:

Leonel Nodal

La complicidad activa de Estados Unidos con la ocupación colonial militar de Israel en Gaza, Cisjordania, Líbano y Siria abre las puertas a un estado de guerra infinita en Oriente Medio de inquietantes repercusiones.

En una escalada de proporciones alarmantes, que solo es posible con el total consentimiento de la Casa Blanca —o, tal vez, el absoluto desprecio a lo que resta del mandato de Joseph Biden— el Gobierno israelí desafía con total impunidad el derecho internacional, sin reparar en consecuencias.

Desde el anuncio del derrocamiento del presidente sirio Bashar al-Assad o el abandono del poder, asumido por grupos armados de diversas procedencias y obediencias externas —que los financian y armaron—, el ejército, la aviación y la marina de guerra israelí desmantelaron a su antojo todo el sistema defensivo sirio y ocupan territorios.

El lunes, el Departamento de Estado de Estados Unidos respaldó la toma de territorios por parte de Israel en Siria y la calificó como una «acción defensiva».

El propio día, el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, declaró que los Altos del Golán serían de Israel «para siempre», aunque no está claro si se refería al territorio recientemente capturado.

Varios países árabes, incluidos Irak, Arabia Saudita y Catar, condenaron enérgicamente la toma israelí del territorio de Siria.

Catar dijo que consideraba la acción «un acontecimiento peligroso y un ataque flagrante a la soberanía y la unidad de Siria, así como una flagrante violación del derecho internacional».

Esas ganancias estratégicas en una guerra no declarada, sin dudas van dirigidas a obtener concesiones políticas, militares y de toda índole, sobre la base de hechos consumados.

Las antiguas potencias coloniales de la región —Gran Bretaña y Francia— así como Estados Unidos —la potencia imperial hegemónica actual— asisten al espectáculo con total irresponsabilidad.

Todos parecen embriagados con la demostración de poder del aliado —receptor de miles de millones de dólares de ayuda militar y financiera, así como amparo tecnológico, político y diplomático.

La parranda los hizo olvidar de un día para otro los acusadores calificativos de «terroristas islámicos, yihadistas, extremistas» que los pintaban como peligrosos criminales con profundas raíces que conducen a los horrorosos atentados contra las Torres Gemelas de Nueva York en 2001.

Ahora, de repente, la gran prensa norteamericana y europea los llama «insurgentes, rebeldes, insurrectos» y los pinta como «fuerzas de liberación, combatientes por la libertad, opositores de la dictadura de Al-Assad».

Según The Washington Post, la Casa Blanca está considerando eliminar a Hayat Tahrir al-Sham (HTS) —rama de la célebre Al Qaeda, acusada de volar las Torres Gemelas— de la lista de organizaciones designadas terroristas por Estados Unidos, después de que el grupo encabezara la ofensiva que derrocó a Bashar al-Assad.

Sobre el líder de HTS, Abu Mohammad al-Golani, también pesa una oferta del Gobierno norteamericano de una recompensa de diez millones de dólares estadounidenses por su cabeza.

Golani ahora se presenta como un moderado, y el presidente Biden ha dicho que le gusta lo que está escuchando del exlíder de Al Qaeda, recordó Antiwar.

«Hemos tomado nota de las declaraciones de los líderes de esta revolución en los últimos días, y ahora están diciendo las cosas correctas, pero a medida que asuman una mayor responsabilidad, evaluaremos no solo sus palabras, sino también sus acciones», dijo Biden el domingo en un discurso para celebrar el derrocamiento de Assad.

Entretanto,  Israel prosigue los ataques en Gaza. Decenas de palestinos murieron y resultaron heridos durante este lunes y martes, cuando las fuerzas sionistas atacaron Rafah, Nuseirat y Jabaliya, ubicadas en el sur, centro y norte de la Franja.

Según el Ministerio de Salud de Gaza, 44 758 palestinos han muerto y 106 134 resultaron heridos, de ellos alrededor del 70 por ciento mujeres y niños.

La agencia de la ONU para los refugiados (UNRWA) advirtió en las últimas horas que 945 000 palestinos en Gaza están expuestos a duras condiciones invernales, lo que agrava la crisis humanitaria en el enclave, sometido por Israel a una guerra de exterminio.

En un dramático llamado, Philippe Lazzarini, comisionado general de la UNRWA, expresó su preocupación por el desastre humanitario. «Nos estamos quedando sin palabras. El hambre y las enfermedades están a la orden del día», dijo.

Comparte esta noticia

Enviar por E-mail

  • Los comentarios deben basarse en el respeto a los criterios.
  • No se admitirán ofensas, frases vulgares, ni palabras obscenas.
  • Nos reservamos el derecho de no publicar los que incumplan con las normas de este sitio.