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Insurgencia terrorista encubre ofensiva de Israel y EE. UU.

Revelaciones publicadas este jueves sobre un debate de la crisis en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas confirmaron el claro respaldo de Washington a los grupos armados empeñados en derrocar el Gobierno del presidente Bashar al Assad

 

Autor:

Redacción Internacional

El ejército sirio anunció este jueves su salida de la ciudad de Hama, a fin de proteger a la población civil de cruentos combates contra insurgentes terroristas fuertemente armados, que gozan del apoyo de Israel y Estados Unidos.

Revelaciones publicadas ese día sobre un debate de la crisis en el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas confirmaron el claro respaldo de Washington a los grupos armados empeñados en derrocar el Gobierno del presidente Bashar al Assad.

El mando general del Ejército y las Fuerzas Armadas aseguraron que, durante los últimos días, las tropas del país han enfrentado «batallas feroces» para repeler los «ataques violentos y sucesivos» perpetrados por las bandas terroristas opositoras.

La escalada de los enfrentamientos y el aumento en el número de bajas han llevado a las fuerzas armadas a reconfigurar y reposicionar sus unidades, según el mensaje.

A pesar de la retirada, el Ejército reafirmó su compromiso de recuperar las áreas controladas por grupos terroristas y dijo que los militantes sufrieron «grandes pérdidas» en sus filas durante el combate.

Hama, la cuarta ciudad más grande del país y ubicada a 200 kilómetros de Damasco, ha sido escenario de intensos enfrentamientos con los elementos de Hayat Tahrir al-Sham (HTS) que en español se traduce como Organización para la Liberación del Levante. Se trata de una rama original del terrorista Estado Islámico o Daesh con la denominación de Frente al Nusra, que luego se asoció a Al Qaeda, la organización creada por Osama Bin Laden, de la que afirman que se separaron en 2019.

Naciones Unidas, la Unión Europea y Estados Unidos los considera oficialmente una organización terrorista yihadista. Su objetivo declarado es derrocar el Gobierno sirio y establecer un régimen basado en su particular interpretación de la Sharia o la ley islámica.

Se financia con los ingresos que le proporciona el robo de petróleo de pozos del hidrocarburo propiedad del Estado sirio, consentido por Estados Unidos, que ocupa ilegalmente el territorio donde se encuentran situados.

El ejército sirio detalló que los terroristas atacaron desde varios ejes, en gran número y utilizando todos los medios, equipamiento militar y grupos de choque.

Según reportó Telesur, durante una sesión de emergencia celebrada en el Consejo de Seguridad, el representante de Siria ante Naciones Unidas, Qusay al-Dahhak, denunció que la ofensiva terrorista en el norte del país no podía haberse realizado sin una orden operativa conjunta entre Türkiye e Israel.

«El ataque terrorista en Alepo coincidió con la afluencia de terroristas a través de la frontera norte (con Türkiye) y la intensificación del apoyo externo, incluido equipo militar, armas pesadas, vehículos, drones, tecnologías de comunicación modernas y el aseguramiento de líneas de suministro militar y logístico», explicó al-Dahhak.

Por su parte, el canal panárabe Al-Mayadeen reportó que el martes último, las llamadas Fuerzas Democráticas Sirias (FDS),  lanzaron una ofensiva contra varias aldeas en el este de Siria. Estados Unidos respaldó la ofensiva con una acción militar, y Al-Mayadeen incluso sugiere que la ofensiva se produjo a instancias del ejército estadounidense.

Las FDS han establecido en el noroeste de Siria un enclave que funciona de facto como una región autónoma, la Administración Autónoma del Norte y Este de Siria, a la que los kurdos llaman Rojava.

Un despacho de Jason Ditz en Antiwar apuntó que se ha confirmado que Estados Unidos lanzó ataques aéreos, así como el fuego de artillería que tuvo como objetivo a las fuerzas sirias en el área de la ofensiva.

Sin embargo, el Pentágono trató de presentar sus ataques como «autodefensa», y afirmó que la presencia de los activos militares disparando en un área tan cercana a las bases ocupadas por Estados Unidos representaba una «amenaza clara e inminente».

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