Pese al fallo de la Corte Suprema , el gobierno federal de Texas persiste en criminalizar a los migrantes que arriban a territorio estadounidense Autor: Adán Iglesias Publicado: 31/01/2024 | 09:06 pm
WASHINGTON, enero.— El estado de Texas ha desafiado la orden de la Corte Suprema de Estados Unidos y persiste en no solo mantener el alambrado de púas, sino en colocar otros tramos en la porosa frontera con México.
La postura de las autoridades texanas entra en conflicto con el Gobierno federal cuando ganó el fallo del máximo tribunal la semana pasada referente al derribo de esas barreras antinmigrantes.
El vicegobernador del estado, el republicano Dan Patrick, afirmó la víspera que seguirán poniendo alambre de púas y otras cercas en la frontera, a pesar de la orden.
«Estamos poniendo alambres en todos los lugares que podemos. Continuaremos. No pararemos. Si lo cortan lo remplazaremos», advirtió en declaraciones a Fox News.
Justo un pequeño tramo del borde limítrofe cerca de Eagle Pass se encuentra en el centro de un enfrentamiento entre el estado y la administración de Joseph Biden sobre la autoridad y la seguridad fronteriza, dijo Pl.
Las autoridades federales afirmaron que la Guardia Nacional de Texas bloqueó el acceso de la Patrulla Fronteriza federal al Parque Shelby, que anteriormente era utilizado por esa fuerza para procesar a inmigrantes y para su rampa para botes en el río Grande.
El Tribunal Supremo dictaminó que el Gobierno federal puede eliminar las barreras de Texas en el área, asegurando el acceso de las autoridades federales a todas partes de la frontera.
Pero Patrick amenazó con una «confrontación» con las autoridades estatales si la administración Biden enviaba la Patrulla Fronteriza para eliminar los obstáculos.
El gobernador Greg Abbott (R) dijo el miércoles pasado que el estado tiene derecho a luchar contra lo que calificó de una «invasión» y que la autoridad estatal «remplaza» la ley federal.
Algunos demócratas pidieron a Biden que nacionalice la Guardia Nacional de Texas y la obligue a derribar las barreras estatales y hacer cumplir el acceso federal al límite con México.
Al menos 25 gobernadores republicanos respaldaron a Abbott y criticaron el fallo del tribunal.
En tanto, Biden insiste en el acuerdo que se cuece en Washington que podría representar un cambio drástico en la política de inmigración durante un año electoral que augura en este un tema caliente de campaña.
La tarde del viernes pasado el presidente admitió que las políticas propuestas serían «el conjunto de reformas más duras» y a su vez las tildó de «justas» en cuanto a «asegurar la frontera» en términos que «jamás hayamos tenido en nuestro país».
Pero el expresidente Donald Trump, con renovado impulso y la consolidación de su influencia en el Partido Republicano, es parte del problema, porque se opone a cualquier pacto, incluso en su retórica, cada vez más incendiaria, llegó a alegar que «nuestra frontera se ha convertido en un arma de destrucción masiva», señaló PL.
Por otro lado, defensores de los migrantes son claros con Biden, que busca su reelección: cualquier concesión a los republicanos respecto a las políticas migratorias se traduciría el martes electoral de noviembre en menos votos.