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Los derroteros de Pedro Castillo

El nuevo mandatario de Perú dio a conocer su hoja de ruta al asumir, este miércoles, la presidencia de Perú

Autor:

Juventud Rebelde

LIMA, julio 28.— Con un discurso durante el cual delineó las principales líneas del que será su mandato, Pedro Castillo se convirtió este miércoles en el primer campesino, sindicalista y maestro que ocupa la presidencia de Perú, que él juramentó «Por Dios, por mi familia, por mis hermanas y hermanos peruanos, campesinos, pueblos originarios, ronderos, pescadores, docentes, profesionales, niños, jóvenes y mujeres» y también «por los pueblos del Perú, por un país sin corrupción y por una nueva Constitución».

Ataviado con un traje típico de gala y el clásico sombrero de su montañosa Cajamarca, Castillo arribó caminando desde el cercano Ministerio del Exterior hasta el Congreso, donde tuvo lugar la ceremonia cuyo protocolo fue roto por una legisladora vestida con el uniforme de las barrenderas, de las que es líder sindical, quien dejó su escaño para abrazarle, narró PL.

Durante su primera alocución como mandatario se pronunció en reiteradas ocasiones contra la corrupción, para cuyo combate llamó a «sancionar con dureza y firmeza a todos quienes participen en ella».

El nuevo mandatario dio a conocer también los propósitos de su mandato en materia económica, área donde mejor pueden palparse, quizá, sus deseos de cambio, al anteponer el criterio de lo que llamó «rentabilidad social» a la hora de aprobar cualquier inversión o proyecto económico.

En tal sentido, el nuevo Presidente peruano explicó que todo proyecto debe contribuir a dinamizar la economía local, regional y nacional, además de incrementar los ingresos del país propiciando el ingreso neto de capitales, y que los beneficios se constaten en las localidades.

Entre aplausos que se reiteraron, Castillo se pronunció por el mejoramiento de las condiciones de empleo y de los salarios según las normas de la OIT (Organización Internacional del Trabajo), por la transferencia tecnológica y la inversión extranjera como medio para difundir tecnología en las áreas receptoras, mejorar la distribución del ingreso sin grupos privilegiados y grupos excluidos, y la promoción de la cultura y el medio ambiente.

Toda inversión debe otorgar garantías reales; los actores deben condicionarse a cada escenario y no al revés, puntualizó. «Si un proyecto no tiene rentabilidad social, no va», reiteró.

Aunque insistió que la economía nacional no será «estatizada», el mandatario conocido hasta hoy como «el profesor», explicó también que ello significará un nuevo pacto con los inversores privados con la intervención del Estado, cuya participación como socio o ejecutor mayoritario también deberá promoverse.

El empuje a las industrias con rentabilidad social y la revisión de las condiciones económicas en la relación con las grandes empresas pesqueras de modo que dejen mayores ganancias al país, generen valor agregado y empleo digno, también estará en sus derroteros, junto al propósito de apoyar a las pequeñas y medianas empresas con la concesión de créditos que hasta ahora solo se inyectaron a la gran industria.

Castillo defendió para su país un escenario de paz con justicia social, donde cada pueblo sea protagonista de su destino.

Como era de esperar, su ejecutivo tomará decisiones de urgente implementación en el área de salud y frente a la COVID-19, en relación con lo cual manifestó la aspiración de que más del 70 por ciento de la población peruana esté vacunada a fines de año, la gratuidad de los exámenes de detección, y comprometer a todo el aparato estatal con movilización popular, mediante las autoridades regionales para, juntos, evaluar acciones ante el avance de la pandemia.

Siendo un maestro de largos años de experiencia que conoce las angustias del sector en las zonas rurales y desprotegidas, también eran esperadas sus propuestas en materia de educación. Declaró la educación pública en estado de emergencia, y anunció aumentos progresivos en el presupuesto para el ramo, entre otras medidas.

Aunque se esperaba que sus ministros jurasen también en esta jornada, la presentación de su gabinete se realizará en los próximos días, mientras analistas insisten en lo difícil que podría resultarle gobernar con un Congreso donde Perú Libre, la fuerza que lo postuló, constituye la primera mayoría pero solo posee 37 de los 130 diputados que conforman el legislativo, y luego de que esa agrupación y otras afines perdieran el pulso con la derecha por la titularidad del Parlamento.

Sin embargo, el respaldo popular de Pedro Castillo ha crecido durante el largo mes y medio que demoró su proclamación. Una encuesta del Instituto de Estudios Peruanos (IEP) reveló el sábado que el aval ciudadano al mandatario subió seis puntos porcentuales respecto al mes de junio, mientras que su desaprobación bajó de 49 a 45 por ciento.

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