Un grupo de ninos de la aldea en Maiwand, provincia de Kandahar. Autor: AFP Publicado: 24/11/2020 | 08:55 am
Un promedio de cinco niños han muerto o han sido heridos cada día en Afganistán desde 2005, según datos de las Naciones Unidas publicados por Save the Children.
Ese «coste espantoso» del conflicto que suma 26 025 menores entre 2005 y 2019, según la organización, se conoció antes de su conferencia de donantes en Ginebra esta semana, y Save the Children declaró a Afganistán uno de los países más peligrosos del mundo para los niños y pidió a las naciones que dejaran de usar armas explosivas en zonas pobladas.
Chris Nyamandi, director de Save the Children en Afganistán, describió una imagen sombría. Imagínese vivir con el temor constante de que hoy pueda ser el día en que su hijo muere en un ataque suicida o un ataque aéreo. Esta es la sombría realidad de decenas de miles de padres afganos cuyos hijos han muerto o han resultado heridos, dijo.
La violencia ha aumentado en Afganistán a medida que las conversaciones de paz se han estancado y las tropas estadounidenses han comenzado a retirarse de la región —dos décadas después de que invadieran y ocuparan el país para derrocar a los talibanes, con la justificación de que respondían al ataque a las Torres Gemelas de Nueva York el 11 de septiembre de 2001.
En 2019, Afganistán representó el mayor número de muertes infantiles (874) y lesiones (2 275) de todos los conflictos mundiales examinados en el informe del grupo.
El informe reveló cómo las escuelas son atacadas rutinariamente en la región como parte de los enfrentamientos entre el gobierno afgano, junto con las tropas estadounidenses y los talibanes, así como otros insurgentes. En los dos años comprendidos entre 2017 y 2019, la organización benéfica encontró que hubo más de 300 ataques a establecimientos educativos.
Además de las preocupaciones sobre la violencia en el país, Save the Children también advirtió que más de siete millones de niños en Afganistán corren el riesgo de padecer hambre y tres millones de niños menores de cinco años sufren desnutrición, una situación que la pandemia de coronavirus ha «exacerbado».