Elecciones Estados Unidos 2020 Autor: Falco Publicado: 29/10/2020 | 06:50 pm
ESTADOS UNIDOS se polariza, se divide en dos, nadie sabe a ciencia cierta cuál porción se impondrá sobre la otra. Mientras, una pequeña parte se mantiene indecisa, que no precisamente independiente, quizá más o quizá menos manipulable. Tampoco esto puede discernirse con precisión. Algo parece más real que nunca a escasos días de las elecciones del 3 de noviembre —quién sabe si las más disputadas de su historia, eso sí, las más inéditas por un entorno de pandemia y reclusión y a la vez de calles repletas de manifestantes de uno u otro signo ideológico—, la nación sin nombre propio pudiera llamarse «Estados Desunidos de América».
¿Quién se atreve a pronosticar el vencedor entre un Donald Trump listo para la reelección —montado en el elefante republicano, anunciando paso arrollador y también disposición a no aceptar resultados que le sean negativos—, y un Joe Biden retador presidencial no presencial, bien posicionado en las redes sociales que recorre a la grupa del burro demócrata?
La profunda segmentación augura una mayor cantidad de votos populares a contar. Ya la cantidad de los emitidos por correo o en la modalidad de adelantados —80 millones, según el Proyecto de Elecciones de Estados Unidos (USEP)—, indican con certeza que es probable que se establezca un récord de votantes, cuando una de las características habituales de las elecciones en EE. UU. es la abstención de millones.
Muchos de esos millones no creen o no les interesa su democracia; otros millones no pueden asistir porque se vota un martes laborable y ellos deben trabajar por su sustento, el patrón no les da permiso de ausentarse, mucho menos les pagará la jornada (como se ve, una modernidad de la génesis helena de la democracia, donde los esclavos no contaban).
¿Algo más por saber? Sí, lo fundamental. ¿Cuáles son los votos que cuentan en esta democracia sui generis?
En el sistema electoral estadounidense, de hecho, la elección del Presidente es indirecta. La hace el Colegio Electoral, 538 delegados escogidos por los partidos políticos, bueno, por el Partido Republicano y el Partido Demócrata —las demás agrupaciones políticas, como diríamos en Cuba, ni pinchan, ni cortan, simplemente no los tienen en cuenta.
El candidato que gane el voto popular en cada uno de los 50 estados de la Unión gana la totalidad de los delegados electorales de ese territorio, quienes tienen la obligación de votar por ese candidato ganador, aunque tampoco tienen la obligación de hacerlo. Esos son los que cuentan, y se necesita al menos la cifra mágica de 270, los que van sumando los estados en proporción al número de sus habitantes.
El Colegio Electoral elige al presidente de Estados Unidos y puede darse el caso que un contendiente tenga más votos populares en todo el país y no gana la máxima jefatura de Estados Unidos.
Estados Unidos bate récord en el gasto de estas elecciones. Foto: AFP
Como ven, los ciudadanos que votaron por el otro candidato no cuentan. Esta es la verdad del cuento real que les hago.
El voto popular directo solo elige a los alcaldes, gobernadores, senadores y representantes a la Cámara.
¿No entendió? Lo comprendo, es difícil de concebir, creer, admitir, porque es la negación de cualquier democracia.
Pongamos un ejemplo bien reciente: las elecciones del martes 8 de noviembre de 2016, que llevaron a Donald Trump a posesionarse de la Casa Blanca y a millones de estadounidenses a salir a las calles enarbolando una afirmación: «No es mi presidente», porque ellos habían votado por Hillary Clinton.
Con una población de 324 289 210 habitantes y un universo de 231 556 622 inscritos para votar, en aquella ocasión fueron a las urnas o depositaron su voto anticipado o por correo 137 053 916 ciudadanos, solo el 55,4 por ciento de estos.
Por Trump votaron 62 984 828, y por Hillary Clinton, 65 853 514 estadounidenses, casi tres millones más; sin embargo, Trump obtuvo mayoría en estados claves que proporcionan mayor cantidad de votos electorales y se los llevó todos en ellos, obtuvo 304 votos compromisarios, que así también se les llama, y con ellos, la presidencia.
En 2016 votaron temprano en persona o por correo 47,2 millones de estadounidenses, cifra que ya ha sido rebasada con mucho en este 2020. Foto: Reuters
En el año 2000, al demócrata Al Gore le sucedió igual: a pesar de haber ganado el voto popular por cerca de 500 000, perdió la elección contra George W. Bush, quien obtuvo la mayoría de los votos electorales. En aquellos polémicos comicios, el estado de la Florida, con sus 26 votos electorales, le dio la victoria a Bush, el hijo, luego de un recuento manual de varios condados y muchas denuncias de fraude e irregularidades, aunque solo contó 327 votos populares más que Albert Gore, y se llevó el gato al agua…
Este 3 de noviembre de 2020, veremos qué sucede. Más de 60 millones de estadounidenses ya han votado de forma anticipada o por correo, podrían hacerlo unos 200 millones más el martes, si desafiando a la Covid-19 acuden a las urnas. Será difícil tener el resultado ese mismo día y, no lo duden, crecerán las tensiones en «Estados Desunidos».
En Filadelfia, la ciudad más grande de Pensilvania, que exhibe de su rica historia la Campana de la Libertad (Liberty Bell) y el Independence Hall, donde se firmó la Declaración de la Independencia y la Constitución de Estados Unidos, lleva tres noches de toque de queda. Miles de manifestantes han tomado sus calles tras la muerte a tiros del afroamericano Walter Wallace a manos de la policía.El joven sostenía un cuchillo que no quiso soltar y casi una decena de disparos le hicieron «cumplir con la orden», cuando cayó exánime sobre el pavimento de la supuesta cuna de la democracia.