Silo nuclear. Autor: Russia Beyond Publicado: 02/04/2019 | 11:46 am
Un nuevo estudio llevado a cabo por el grupo de investigación sin fines de lucro CNA Corp, publicado este lunes, advierte claramente que en caso de desaparecer el Tratado de Reducción de Armas Estratégicas (START), el cual limita el despliegue de armas nucleares, único entre Rusia y EE.UU., resultaría muy difícil que cada uno de ellos pudiera evaluar las pretensiones del otro. De esta manera Washington y Moscú contarían con el incentivo necesario para propagar sus arsenales.
Si no se renueva el tratado, que expira en febrero de 2021, «ningún país tendría el mismo grado de confianza en su capacidad para evaluar los niveles precisos de ojivas del otro», explican los representantes del estudio.
La CNA detalla que es más probable una planificación orientada al peor de los escenarios, ya que la misma desencadenaría un contexto creciente de desconfianza y precepciones divergentes.
Por otra parte, la expiración del acuerdo puede afectar al Tratado de No Proliferación Nuclear, al socavar la confianza que estados no nucleares tienen en que Washington y Moscú continúen trabajando en el desarme nuclear. También podría influir de manera negativa en la postura nuclear de China, históricamente moderada.
En marzo la cancillería rusa recordó que la prolongación del tratado «resultaría beneficiosa para toda la comunidad internacional», aunque lamentó que EE.UU. prefiera mantener la incertidumbre al respecto, de modo que «dos de las principales potencias nucleares corren el riesgo de quedarse sin ningún mecanismo de control» en el ámbito de los misiles nucleares.
Asimismo, el Ministerio ruso de Exteriores advirtió a Washington de las más graves consecuencias para la seguridad y estabilidad global que supondrá su retirada del Tratado sobre Misiles de Alcance Medio y Corto (INF, por sus siglas en inglés), pues —asegura— abrirá la posibilidad de que comience «una carrera armamentista en varias regiones del mundo» amenazando seriamente los esfuerzos mundiales para lograr un desarme nuclear.
Sin las medidas de transparencia que requiere el START, Washington tendría que reasignar sus satélites, tal vez vigilando más a Rusia y menos a China, Irán y Corea del Norte, según argumentan los investigadores.