Lo nunca visto ni oído hasta ahora. El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, se toma atribuciones que nadie le ha concedido. Con total prepotencia, como enviado de Dios a la Tierra, y esta como su dominio absoluto, dijo que «Rusia tiene que salir» de Venezuela y «todas las opciones» están abiertas para conseguirlo. ¿A dónde quiere llegar?
Las intenciones de Washington de derrocar el Gobierno de Nicolás Maduro y elevar a su títere como procónsul «encargado» de Venezuela, transita por un fracaso tras otro, luego del golpe de Estado instrumentado por el equipo de la Casa Blanca. Pero no cejan en el empeño, ventilado abiertamente en sus cuentas en Twitter.
La llegada de dos aviones rusos a Caracas para instrumentar acuerdos técnico-militares les sirve de pretexto —y también de preocupación— ahora, y quienes son los intervencionistas dispuestos a llevar la agresión hasta su última consecuencia: (una invasión militar y desatar la guerra) se rehúsan a reconocer que son ellos quienes deben sacar de América Latina y el Caribe sus bases militares y sus tropas.
María Zajárova, portavoz de la Cancillería rusa, respondió en su perfil de Facebook a las decenas de amenazas, insinuaciones, advertencias y bravuconadas de los más altos personeros estadounidenses que dirigen y ordenan la oposición terrorista venezolana: «Quisiera recordarle a John Bolton (asesor de Seguridad Nacional de la Casa Blanca): si un gran país del hemisferio occidental deja de acosar al pueblo venezolano con las sanciones, y el otro país del hemisferio oriental y una serie de las instituciones bancarias internacionales desbloquean miles de millones de dólares del dinero venezolano en sus cuentas, los propios venezolanos podrán comprarse medicamentos y alimentos sin la ayuda» de Washington.
La funcionaria rusa apuntó también: «Antes de sugerir a alguien irse de Venezuela, EE.UU. debe implementar su salida de Siria».
Tendría también que irse de América Latina y el Caribe, donde Estados Unidos comenzó a instalar bases militares desde comienzos del siglo XX tras los campamentos de su ejército intervencionista en Cuba, aprovechando su irrupción en la Guerra de Independencia de la Isla caribeña contra el colonialismo español, y posteriormente cuando inició la construcción del Canal de Panamá, un elemento esencial en la penetración imperial en este hemisferio.
De las aproximadamente 800 bases militares que el Pentágono mantiene en el mundo, unas 76 están en nuestra América, y las de mayor alcance o magnitud se encuentran en Panamá, Puerto Rico, Colombia y Perú, además de algunas bien cercanas a Venezuela en otras islas del Caribe. En febrero pasado, hubo vuelos de aviones de transporte militar hacia el aeropuerto Rafael Miranda, de Puerto Rico, la Base Aérea de San Isidro, en República Dominicana y hacia otras islas del Caribe estratégicamente ubicadas.