Los candidatos presidenciales
La carrera presidencial colombiana parece apenas a un paso después de la jornada electoral del domingo: en ellas no solo se dibujó el legislativo que acompañará (o contendrá) a quien salga electo, sino que terminaron de definirse los candidatos que se disputarán en mayo la Casa de Nariño.
Objetadas por falta de tarjetones para votar en algunos colegios, hechos violentos durante la campaña proselitista y una abstención que superó el 50 por ciento, además de casi tres millones de boletas nulas y poco más de un millón no marcadas, las legislativas e interpartidarias de Colombia dejaron, con todo, lecturas que no pueden ser soslayadas.
El futuro puede esbozarse, aunque no leerse, en los resultados. Es factible pensar, por ejemplo, que la derecha tendrá vía libre en mayo, a juzgar por los 52 asientos que el muy derechista partido Centro Democrático, fundado por Álvaro Uribe, obtuvo en la Cámara y en el Senado, del total de 280 curules que tiene el Congreso, lo que lo convierte en la agrupación más representada.
Los números dicen que la derecha se fortaleció.
En total, las agrupaciones de ese signo —Cambio Radical, el Partido Conservador, y el Liberal fueron las más votadas aunque algunas perdieron asientos— obtuvieron más de seis millones de sufragios: aproximadamente el doble que las consideradas de centroizquierda, las cuales apenas rebasaron los tres millones.
Ello constituye un fuerte indicio. Pero las cifras podrían no reiterarse, obligatoriamente, en las presidenciales. Primero, porque no se sabe qué piensa ni qué hará entonces esa masa que ahora no votó, y donde se nuclean más de la mitad de los electores registrados. ¿Influirán en ellos las alianzas que ya se tejen o los mensajes proselitistas?
Por otro lado, algunos valoran que la considerada centroizquierda creció en el legislativo, pese a todo.
Dichos análisis toman en cuenta la votación para el Senado, donde la denominada Lista de la Decencia, de Gustavo Petro, obtuvo cuatro asientos, el Polo Democrático mantuvo los cinco que tenía, y la Alianza Verde, sorpresa de estos comicios, se llevó un total de diez, además de que su aspirante a esa cámara, el expresidenciable Antanas Mockus, estuvo entre los que más sufragios obtuvo en la pelea por un puesto.
Por su parte, el nuevo partido Fuerza Revolucionaria Alternativa del Común (FARC) obtuvo una votación baja acorde con la satanización que aún sufre la hasta hace unos meses fuerza guerrillera. Pero ocupará los cinco que les fueron reservados en el Senado a tenor de los Acuerdos de Paz, y los otros cinco que le corresponden en la Cámara baja.
Las parlamentarias, importantes en cualquier parte, resultan doblemente relevantes aquí, porque será a estos congresistas a quienes toque terminar de implementar, con su reconocimiento en la ley, los Acuerdos de La Habana.
Y Colombia tendrá desde julio a un legislativo variopinto, con presencia de diez partidos, pero fuerte mayoría del Centro Democrático, que ya sabemos ha sido enemigo de la negociación y quiere introducir transformaciones a lo pactado, y de Cambio Radical, agrupación que también objeta algunos de los postulados. Frente a ellos se erigirá esa denominada centroizquierda y el Partido Liberal que lidera el expresidente César Gaviria y postula al exjefe negociador del Gobierno, Humberto de la Calle.
Tales antecedentes anuncian que desbrozar el camino de la agenda de la paz será, en lo adelante, una tarea azarosa.
Otro apunte interesante de la jornada dominical fueron, precisamente, las interpartidarias, que permitieron escoger al candidato de la alianza derechista, y al de la izquierda. Dichas elecciones recayeron, respectivamente, en Iván Duque, el delfín de Uribe, y en Gustavo Petro.
Ellos completarán la boleta de mayo junto a otros seis aspirantes: el exvicepresidente Germán Vargas Lleras; De la Calle; la exsenadora y luchadora social y por la paz Piedad Córdoba; Juan Carlos Pinzón, exministro de Defensa y antiguo embajador en EE. UU.; Sergio Fajardo, de la Coalición Colombia, quien fuera alcalde de Medellín y gobernador de Antioquia, y Viviane Morales, por el partido Somos y líder del voto cristiano.
La carrera en pos de la presidencia acaba de comenzar para ellos y, sea quien sea el triunfador, ya sabe con qué Congreso deberá lidiar... o pactar.