Foot cover de Noticia. Autor: Juventud Rebelde Publicado: 11/11/2017 | 01:09 am
La advertencia sobre el devastador costo de un nuevo conflicto en Líbano formulada por el secretario general de Naciones Unidas, Antonio Guterres, y alertas semejantes de las cancillerías de Rusia y Estados Unidos, apuntan a desactivar una guerra que tendría como detonante la extraña renuncia del primer ministro libanés Saad Hariri, desde Arabia Saudita.
El propio presidente del país de los cedros, Michel Aoun, se negó a aceptar la dimisión de Hariri, quien hizo su sorpresivo anuncio el pasado sábado desde Riad, capital del reino wahabita.
El dimitente Primer Ministro, musulmán sunita y poseedor de ciudadanía saudita, dijo que temía por su vida y acusó al movimiento chiita Hezbolá y a Irán, como presuntos protagonistas de una conspiración para liquidarlo.
El Jefe de Estado libanés demandó a Hariri que regrese para que explique su decisión.
Por su parte, el Secretario General de la ONU advirtió que un nuevo conflicto en Líbano tendría «consecuencias devastadoras» y dijo que estaba comprometido con «intensos» contactos con todas las partes para bajar la temperatura a la recalentada escena política de Beirut, dijo AFP.
Es esencial que no surja ningún nuevo conflicto en la región, expresó Guterres, según reportó la agencia francesa de noticias. «Es un asunto que nos produce gran preocupación. Lo que queremos es que la paz sea preservada en Líbano».
También aseguró que está manteniendo «contactos muy intensos» con Arabia Saudita, Líbano y otros países de la región, así como con Gobiernos influyentes en Medio Oriente.
Hassan Nasralá, el líder de Hezbolá, dijo, de su lado, que Hariri estaba «detenido» en Arabia Saudita y no se le permitía retornar, agregó AFP.
Arabia Saudita y Kuwait urgieron esta semana a sus ciudadanos a abandonar Líbano.
Por su parte, el secretario de Estado de EE. UU., Rex Tillerson, instó el viernes «a todas las partes, dentro y fuera de Líbano, a no usar a Líbano como campo de un conflicto de intereses».
Medios occidentales presentan el caso como un nuevo diferendo entre Arabia Saudita, sunita, importante apoyo de Hariri, e Irán, chiita, gran aliado de Hezbolá.
«Lo más peligroso es que se está incitando a Israel a atacar a Líbano», denunció Nasralá.
El presidente Aoun, por su parte, en una reunión con el encargado de negocios saudita en Beirut, calificó de «inaceptable» la forma en que se había efectuado la dimisión de Hariri.
Francia expresó su deseo de que Hariri «disponga de libertad de movimientos y pueda ejercer con plenitud de facultades su papel esencial en Líbano», explicó un portavoz de la Cancillería.
Rusia expresó su preocupación por la situación en Líbano mediante un comunicado de la Cancillería, en el que apoya la soberanía, la unidad y la integridad territorial de Líbano y aboga por «la solución de todas las cuestiones de la agenda nacional por los propios libaneses sin intervención externa».
En tanto, el jefe de las Fuerzas Armadas libanesas, general Joseph Aoun, afirmó que la situación con la seguridad en Líbano está totalmente controlada por las autoridades del país, según el boletín del Ministerio de Defensa.
El país de los cedros otra vez amenazado por estallido de una guerra devastadora