Cuba en Sochi. Autor: Roberto Suárez Publicado: 14/10/2017 | 10:44 pm
Sochi, Rusia.— Afincados en el sentimiento popular y con todo ese enfebrecido espíritu que despliegan los jóvenes de Cuba cuando los une un especial hermanamiento, ha llegado a esta ciudad balneario rusa la delegación de nuestra tierra que asistirá este domingo al acto naciente del 19no. Festival Mundial de la Juventud y los Estudiantes.
La tarde que los recibe es fría —con unos 13 grados Celsius—, y el juego de sombras sobre el paisaje ofrece un tono de nostalgias, pero la viviente fertilidad de su entusiasmo produce la percepción de que el entorno es familiar, entrañable. En sus expresiones están las alusiones sentidas a Fidel y a Raúl, como poderosa confirmación de la altura del amor y la verdad cuando se defiende la redención de la especie humana.
Aquí dejan oír: «La juventud cubana se viste hoy de gigante, con los jóvenes del mundo no les fallaremos, Comandante». Allá vuelve la voz compacta y ajustada que repite enérgicamente: «¡Pa’ lo que sea, Raúl, pa’ lo que sea!». Y en esa sucesión de palabras vibrantes, también fluye la epopeya deslumbrante y ejemplar de un país que en la frontera misma de las administraciones del imperio ha luchado por conseguir su felicidad.
La villa que será casa de las juventudes progresistas del mundo durante poco más de una semana ilustra, con su cuidado y belleza, el rigor y dedicación de los anfitriones, quienes con singular diligencia y sensibilidad se conectan emotivamente con los integrantes de la comitiva de la más grande isla del Caribe. Hay explicaciones fundadas en el conocimiento histórico, sociológico..., que concurren para entender el cariño recíproco y el respeto entre los más jóvenes de los pueblos cubano y ruso.
Le ofrece una particular luz a la instalación que nos acoge la disposición de cuatro letras sobre el césped de la entrada. Penetra en ese espacio verde, con los colores de la bandera más bella que existe, el nombre digno de la patria.
Allí se dio libre y espontáneamente la primera foto colectiva después de la llegada, como tributo también a la fuerza mayor que une e invita a una actuación consciente con la huella de la edad. Nuestra Cuba en mayúsculas, que colocaran representantes de la UJC miembros del Comité Nacional Preparatorio, es un patrimonio que los amigos de otras nacionalidades igualmente valoran, y expresan su alegría de tenernos más cerca en este mapa de convivencia con el gesto de querer tomarse la foto en ese escenario que evoca el arraigo a la tierra, a la identidad.
En un léxico que expresa sin afeites la solidaridad y la nobleza de los nuestros, la comitiva compartió viaje con más de cien jóvenes latinoamericanos que se involucraron en el ambiente festivo de la aeronave, en la que hubo cantos y abrazos de felicitación para dos delegados y un invitado que cumplieron años.
Y eso fue solo el suave preámbulo del carácter que distingue a los muchachos, quienes con el mismo infatigable ardor con el que muestran su alma danzante, se detienen en profundos diálogos sobre el destino cubano y sobre la misión de la Isla en el mundo.
Ambas dimensiones, intuyo, serán el sello que le pondrán nuestros buenos y sensitivos jóvenes y estudiantes a las próximas jornadas, en las que Rusia, con impulso renovado, se abre para el encuentro cercano, el análisis con todo el peso de este tiempo y para propulsar la fuerza redentora de quienes quieren un mundo de paz sin arbitrariedades imperiales.
Desde que extraordinariamente se transfiguró, archipiélago adentro, este proyecto cultural y político, en oportunidad para propiciar el crecimiento colectivo de los más nuevos, la intensidad de las preocupaciones contemporáneas emanó con agudeza y lucidez, y fue tejiendo la certeza de que hay rostros y sucesos que saben recorrer el camino al corazón.