Al menos 680 inmigrantes fueron detenidos durante las redadas policiales de los últimos días en Estados Unidos. Todas esas personas «ponían en peligro la seguridad pública, la seguridad de nuestras fronteras o la integridad del sistema migratorio del país», reza un comunicado difundido por el secretario de Seguridad Nacional de EE.UU., John Kelly, según informa RT.
El Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de Estados Unidos estaba a cargo de los operativos desplegados simultáneamente en las ciudades de Los Ángeles, Chicago, Atlanta, San Antonio y Nueva York. Sin especificar las localidades, los oficiales mencionaron también redadas en los estados de Georgia, Carolina del Norte y Carolina del Sur, informa ABC News.
Según explica el comunicado, del número total de arrestados, «aproximadamente el 75 por ciento son criminales convictos extranjeros». La lista de los delitos por los cuales habían sido condenadas esas personas incluye homicidio, abusos y agresiones sexuales, narcotráfico, atracos a mano armada, maltrato grave, conducción bajo embriaguez y posesión ilegal de armas.
Kelly no especificó si todos los arrestos estaban motivados en la irregularidad de estancia en suelo estadounidense. Sin embargo, las redadas cumplían con una orientación específica del presidente Donald Trump. El jefe del Departamento de Seguridad Nacional recuerda que el mandatario lo orientó claramente a «enfocarse en la remoción de extranjeros ilegales que violaron nuestras leyes migratorias, con especial atención a los que ponen en peligro la seguridad pública.»
El propio Trump aprobó, a través de la red social Twitter, el trabajo del servicio como un cumplimiento de sus promesas electorales.
«La represión contra criminales ilegales es simplemente el cumplimiento de mi promesa durante la campaña. Miembros de pandillas, traficantes de drogas y otros están siendo apresados», escribió el mandatario en un tweet.
Renuncia asesor de Seguridad Nacional
Por otra parte, estos arrestos se suman a la renuncia del asesor de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, este lunes, debido a la creciente controversia sobre sus contactos con el embajador ruso días antes de que el actual mandatario asumiera la presidencia de Estados Unidos.
Según reportes de medios locales, refiere Telesur, Flynn habría discutido con el embajador ruso en EE.UU., Sergey Kislyak, las sanciones que el Gobierno del expresidente Barack Obama iba a imponer a Rusia, previo a la toma de posesión del 20 de enero.
El Departamento de Justicia habría advertido a la Casa Blanca de los contactos de Flynn con Kislyak a fines del mes pasado e informaron que el teniente general retirado podría ser vulnerable a presiones por parte del Gobierno ruso.
En Estados Unidos es ilegal que civiles realicen tareas de diplomacia nacional. Las conversaciones con Rusia se registraron previo a ser confirmado en el puesto por el gobierno de Trump.
El militar retirado de 57 años y principal asesor de seguridad nacional de Trump durante su campaña, estuvo en total 24 días en el cargo.
Según informó la Casa Blanca, Joseph Keith Kellogg fue designado de forma interina para el puesto.
En su carta de renuncia, Flynn dice que «de forma inadvertida» dio «información incompleta» al vicepresidente, Mike Pence.
«Desafortunadamente, y debido a la rapidez de los acontecimientos, sin darme cuenta proporcioné información incompleta respecto a mis llamadas telefónicas con el embajador ruso. Me he disculpado sinceramente con el presidente y el vicepresidente, y ellos han aceptado mi disculpa», señala el exasesor.
Flynn negó inicialmente haber discutido las sanciones de EE.UU. con el embajador y Pence lo respaldó públicamente de las acusaciones al respecto.
Sin embargo, más tarde Flynn informó a la Casa Blanca que podría haber discutido el tema con Kislyak.