Donald Trump. Autor: Getty Images Publicado: 21/09/2017 | 06:44 pm
WASHINGTON, enero 24.— El presidente de EE. UU., Donald Trump, firmó este martes en el Depacho Oval de la Casa Blanca dos órdenes ejecutivas para resucitar los polémicos proyectos de los oleoductos Keystone XL y Dakota Access, con lo que cumple dos de sus promesas de campaña pese a las críticas de grupos ecologistas, dijo EFE.
El oleoducto Keystone XL, de la canadiense TransCanada, que fue vetado por Obama en 2015, y el Dakota Access, afrontaron mucha resistencia de grupos ecologistas, debido al poder contaminante del petróleo procedente de las arenas bituminosas, cuya producción emite un 17 por ciento más de gases de efecto invernadero que la extracción convencional de crudo.
El segundo de ellos, agregó EFE, además, había generado una fuerte protesta de la tribu indígena Standing Rock, para la que el oleoducto Dakota Access echará a perder tierras que consideran sagradas y contaminará las aguas del río Misuri, de las que depende su modo de vida.
Trump firmó además otra orden ejecutiva que establece que la tubería necesaria para construir esos oleoductos «debe estar fabricada en Estados Unidos, porque ahora muchas de las tuberías se fabrican en otros países» y sentenció: «Vamos a construir nuestras propias tuberías, como solíamos hacer en otros tiempos».
Según ANSA, el nuevo mandatario expresó que estaba frente a un «ambientalismo fuera de control» y declaró oficialmente la guerra a las normas y reglas que considera frenan el desarrollo de la industria estadounidense y la creación de puestos de trabajo.
Trump recibió en la Casa Blanca a directivos de las compañías automotrices nacionales y se sentaron a la mesa del Roosevelt Room, Sergio Marchionne de Fiat Chrysler, Mary Barra de General Motors y Mark Fields de Ford, a quienes advirtió contra la intención de desarrollar sus actividades en el exterior y amenazó con represalias fiscales a quienes no adopten el credo de «Estados Unidos primero», agregó ANSA.
Pero también prometió un clima más favorable a las empresas que en cambio se dedican a invertir y crear nuevas ocupaciones en EE. UU., promesa que hizo a toda la industria, además de una serie de ventajas fiscales sin precedentes.
Hizo hincapié en que las normas ambientales se convierten en una carga muy pesada, sin que sea una necesidad, y las llamó un lastre que debe ser eliminado lo antes posible.
ANSA agregó que en la mira están no solo las normas de la Agencia Ambiental Federal, sino también leyes como la Ley de Calidad del Aire (Clean Air Act), que recorta las emisiones de las industrias, y el Plan de Acción Climática (Climate Action Plan) para la lucha contra los cambios climáticos.
La promesa de desregulación no cayó mal entre las automotrices, teniendo en cuenta las normas anticontaminación y los estándares para las emisiones consideradas demasiado onerosas, y cuya violación llevó en Estados Unidos a más de una investigación. Entre ellas, una sobre emisiones manipuladas por la Volkswagen, y la más reciente que implicó a Fiat Chrysler.
«Me gustó la atención del presidente para tratar de hacer un lugar para hacer negocios. Esperamos con interés trabajar con Trump y con los miembros del Congreso para fortalecer la industria manufacturera estadounidense», aseguró Marchionne.