La Casa Blanca Autor: Internet Publicado: 21/09/2017 | 06:48 pm
Es 20 de enero de enero de 2017 y comienza la era Tump en Estados Unidos de Norteamérica (EE.UU.). Una sociedad profundamente dividida que se acerca cada vez más a los extremos políticos mira con simple optimismo, o con incertidumbre creciente, el futuro próximo. Donald John Trump, después de su triunfo en las elecciones presidenciales del 8 de noviembre de 2016 ante Hillary Clinton, asumirá el cargo como presidente número 45 de la Unión, tras ser formalmente ratificado por el Colegio Electoral el 19 de diciembre, y certificado por el Congreso el pasado 6 de enero.
Resulta curioso como la mente humana se enfoca más en opiniones y experiencias positivas que en las negativas. De toda la campaña pre-electoral, y electoral de los candidatos norteamericanos, especialmente la contienda de Trump-Clinton (a todas vistas, una «pelea de navajas y de trapos sucios»), lo que más recuerdo cuando pienso en ellos, son los únicos elogios que se dijeron durante su tercer y último debate presidencial: que Donald es un buen padre de buenas costumbres familiares, y que Hillary es una luchadora tenaz.
Trump ganó las elecciones y Juventud Rebelde, ante su investidura hoy como Presidente 45 de los Estados Unidos, propone a sus lectores un recorrido por la vida y obra política y empresarial de quien será, a partir de ahora mismo, uno de los hombres más importantes del mundo.
¿Quién es Donald John Trump?
Familia y educación
Hijo de una poderosa familia del sector inmobiliario, Donald J. Trump, nació 14 de junio de 1946 en Nueva York, como uno de los cinco hijos de Mary Anne MacLeod y Fred Trump, casados en 1936. Sus cuatro hermanos son Fred, Jr. (actualmente fallecido), Robert, Maryanne y Elizabeth. Su madre era una inmigrante escocesa nacida en la isla de Lewis, y sus abuelos paternos, inmigrantes alemanes.
Con una infancia normal en Jamaica Estates, asistió al the Kew-Forest School en Forest Hills, en Queens, junto a algunos de sus hermanos hasta que, a los 13 años, por tener problemas de conducta, sus padres lo enviaron a la Academia Militar de Nueva York.
Más tarde, Trump fue a la Universidad de Fordham en el Bronx durante dos años, y continuó sus estudios en la Escuela de Negocios Wharton de la Universidad de Pensilvania, porque esta última tenía uno de los pocos programas de estudios dedicados al sector inmobiliario, donde se graduó en 1968 con un Bachiller en Ciencias de la Economía.
Donald Tump, ahora de 70 años, se ha desposado tres veces y tiene cinco hijos con ocho nietos. En 1977 se casó con Ivana Zelníčková, con quien posee tres: Donald Jr. (1977), Ivanka (1981) y Eric (1984). Se divorció en 1992 y un año más tarde, en 1993, se casó con Marla Maples, con quien tuvo una hija, Tiffany (1993). Se divorciaron el 8 de junio de 1999. El 22 de enero de 2005 contrajo nupcias con Melania Knauss (nacida en Eslovenia), y tuvo a Barron William, el quinto de sus descendientes, en marzo de 2006.
¿Qué ha hecho Donald Trump?
Negocios y vida pública
El naciente hombre de negocios, apoyado por el caudal familiar, se fue abriendo paso por la vida en la empresa de bienes raíces de su padre, Elizabeth Trump and Son, centralizada en el arrendamiento de viviendas de clase media en Nueva York. Su patrimonio fue creciendo progresivamente bajo la égida de la Trump Organization, en altas y bajas, hasta convertirse en dueño de más de 500 compañías de negocios, tener más de veinte hoteles con la marca Trump en todo el mundo, una veintena de campos de golf, y un sin fin de productos comerciales con su marca: perfumería, muebles, ropas, libros, etc.
La revista Business Insider en junio de 2015, publicó un estado financiero suministrado por el propio Trump, último que se conoce públicamente, con fecha del 30 de junio de 2014. El documento afirma que su fortuna es de 8 700 millones de dólares. De esa cantidad, 3.300 millones corresponden a «Negocios de licencias de bienes raíces, marcas y desarrollos basados en marcas». Su fortuna líquida está estimada es unos 4 100 millones de dólares, lo que deja un capital en propiedades sobre los 4 600 millones de dólares.
Aparte de los conglomerados de empresas de construcción, clubes, hoteles, casinos, campos de golf y otros tantos, como multimillonario al fin, compró acciones sobre los concursos de belleza femenina Miss Universo, Miss Estados Unidos y Miss Estados Unidos Adolescente en sociedad con la cadena televisiva NBC.
A partir de ahí comenzó a vender su imagen como hombre público o «Show Man» y a participar en «realitys shows» o programas de televisión como The Apprentice (El aprendiz), en el que participan de 16 a 18 empresarios que competían por un premio de 250 000 dólares y un contrato para dirigir una de sus empresas.
El magnate, reconocido con una gran cantidad de premios amarillistas y sensacionalistas, posee también un equipo de fútbol en Nueva Jersey, patrocina combates de boxeo profesional, y tiene una carrera ciclista denominada Tour de Trump. «Intelectualmente», es autor de más de diecisiete libros, en su mayoría de aspectos financieros y autoayuda, incluyendo el libro El arte de volver, donde narra, desde su punto de vista, sus experiencias durante la debacle económica que sufrió en los años 1990 y la manera en que logró sobreponerse. También es coautor de un libro llamado Porque queremos que tú seas rico, escrito en sociedad con su amigo Robert Kiyosaki, autor de libros de ayuda financiera; aunque publicó lo que considera su obra cumbre al terminar el 2007 bajo el título: Piensa grande y patea traseros en negocios y la vida.
Carrera política y aspiraciones
Sin dudas la vida de Donald Tump ha sido pródiga en giros y acontecimientos y la política nunca le fue ajena. Nadie en la sociedad norteamericana hace casi 9000 millones de dólares sino debe u obsequia favores a contendientes políticos de uno u otro partido, según baje o suba la marea en momentos claves. Desde la década de los 80, el magnate ha apoyado financieramente diversas candidaturas, casi siempre de la derecha, desde Ronald Reagan hasta Mitt Romney en las elecciones de 2012.
Habló como orador en las candidaturas presidenciales de 1988, 2004 y 2012, y en otras para gobernador de Nueva York en 2006 y 2014. En 2000 participó en la candidatura presidencial del Partido de la Reforma, y ganó las primarias de ese partido en California, pero hasta ahí no avanzó más. Se especuló mucho sobre su candidatura a las elecciones de 2008 y 2012 pero no pasó de ser un mero rumor.
Desde enero de 2013, Trump profundiza sus inclinaciones hacia la derecha y publica un video respaldando al primer ministro de Israel Benjamin Netanyahu durante las elecciones parlamentarias de ese año, exponiendo abiertamente que «un primer ministro fuerte es un Israel fuerte».
En ese mismo año, fue un orador central en el Conservative Political Action Conference, con poca concurrencia y donde gastó más de un millón de dólares tratando de explorar una eventual candidatura presidencial. También varios republicanos de Nueva York circularon un documento donde se sugería que se lanzaría como candidato a gobernador del estado en 2014 contra Andrew Cuomo, a lo que respondió que no estaba interesado, pero siguió con su línea crítica y dura en contra de la administración demócrata de Barack Obama.
En febrero de 2015, no renueva su contrato en el programa The Apprentice, lo que genera especulaciones sobre una eventual candidatura presidencial, y el 16 de junio de 2015, en la ciudad estadounidense de Nueva York, Trump anunció su precandidatura para las elecciones de 2016, por el Partido Republicano, bajo el eslogan «We are going to make our country great again» (Haremos grande a nuestro país de nuevo).
Precandidatura, candidatura y victoria
Desde el comienzo de la contienda del 2016 su polémico discurso incendiario y antiestablishment le fue ganando el apoyo masivo de los estadounidenses blancos e inquietos por los acelerados cambios demográficos de las minorías, descontentos con las élites políticas y económicas, principalmente los de clase media y baja. Su discurso de ideas simples, culpando a sus contrapartes de todos los males, erigiendo enemigos económicos y políticos, reales o ficticios, en detrimento de la sociedad norteamericana fue clave. Nadie como él y su equipo supieron entender en profundidad a esa norteamérica blanca enojada.
Aún contra viento y marea, cosa de admirar sino fuera por lo que implica, rebasó todo el rechazo, críticas y el desprecio de su propio partido republicano, - más el bombardeo negativo sin cuartel de la prensa -, imponiéndose en las primarias partidistas, (celebradas entre el 18 y el 21 de julio de 2016) sobre otros once candidatos claves que contaban con el apoyo total del «status quo republicano».
Se impuso sobre Ted Cruz, Senador por Texas; Marco Rubio, Senador por Florida; John Kasich, Gobernador de Ohio; Ben Carson Ex director de Neurocirugía Pediátrica del Hospital Johns Hopkins; Jeb Bush, Ex gobernador de Florida; Jim Gilmore, Ex gobernador de Virginia; Chris Christie, Gobernador de Nueva Jersey; Carly Fiorina, CEO de Hewlett-Packard; Rick Santorum, Senador por Pennsylvania; Rand Paul, Senador por Kentucky y Mike Huckabee, Ex gobernador de Arkansas, ganando las primarias y presentándose oficialmente el 21 de julio de 2016 como candidato republicano a la presidencia de EE.UU. junto con su compañero de fórmula Mike Pence.
Entonces, a partir del 22 de julio de 2016 y hasta el martes 8 de noviembre de 2016 día de las 58 elecciones presidenciales en EE.UU., se enfrentó día a día, afianzando su posición ante su rival demócrata Hillary Clinton, quien se impuso en las primarias de su partido sobre el senador Bernie Sanders por Vermont, y el Gobernador de Maryland Martin O´Malley.
De más está describir lo que pasó en esos meses, la «pelea de navajas y de trapos sucios» propia de rivalidades políticas parcializadas, llevó la retórica política entre los contendientes a niveles sorpresivos para el raciocinio humano. Así hasta culminar, el martes 8 de noviembre de 2016, con la victoria de 290 delegados sobre 228, con lo cual Donald J.Trump garantizó ser el presidente número 45 de la Unión.
Era Trump y proyecto de Gobierno
La mayoría del mundo opinaba que Hillary Clinton saldría victoriosa, aunque se reconocía la habilidad política de Trump y su equipo. Para bien o para mal, ya es un hecho su victoria, que removió los cimientos de la politología moderna contra toda lógica, y que oficializó el sistema electoral norteamericano.
Desde ese ocho de noviembre hasta hoy mucho se ha analizado, especulado y debatido sobre las causas de la victoria. Parcial o imparcialmente, detractores y seguidores, exponen sus puntos de vistas sobre este tema y casi todos los análisis coinciden en varios puntos.
¿Cómo puede una persona con esa polémica retórica xenofóbica, anti ambientalista, sexista, chauvinista, entre otras cosas, ganar las elecciones en EE.UU.?, es una pregunta recurrente entre muchas personas del planeta. Probablemente sea debido a la dificultad latente que siempre tenemos de comprender y de colocarnos inteligentemente en el lugar de los habitantes de otro país que estamos tratando de analizar. Según varios analistas internacionales, las claves del análisis para entender la victoria de Trump de forma simple son:
1. El llamado «voto oculto».O la teoría de la «espiral del silencio», que expone que cuando socialmente una opinión es rechazada por la mayoría, aquellos que la comparten prefieren no hacerla pública. Esta fue una de las claves del éxito, canalizar de forma anónima el descontento de una gran parte de la sociedad norteamericana contra el establishment.
2. La simplicidad de los mensajes de una excelente campaña de comunicación contra toda la lógica política en todos sus formatos y a través de las nuevas tecnologías de la información, dirigidas a los públicos específicos e indecisos a los que se quiere llegar. Esto aumenta la popularidad sostenidamente, pues permite retroalimentarse en tiempo real y flexibilizar la toma de decisiones, más aún, cuando no representas lo lógico, lo políticamente correcto, el debate civilizado, el compromiso con las minorías, el respeto a la libertad sexual y el respeto a los que no piensan igual.
3. La profunda división interna en EE.UU., que plasma la parcialización política intergeneracional y racial entre los norteamericanos en un cúmulo grande de temáticas, lo que conlleva a las dudas sobre el futuro de ese país.
4. La ruptura entre la sociedad y la política que se evidencia en las urnas. A nivel electoral y en casi todo el mundo existe una ruptura entre los ciudadanos y la política por desmotivación o rebeldía, EE.UU. no escapade ello. Trump se posicionó durante su campaña como el cambio, el candidato de derecha antiestablishment que traerá un aire nuevo en la dirección del país y los ciudadanos apoyaron esa opción con su voto, al igual que el senador demócrata Bernie Sanders quien tuvo mucha aceptación en la izquierda a pesar de que eligieran a Hillary Clinton como candidata.
5. Y el fenómeno «gaslighting», salido de entre los críticos más acérrimos como el calificativo de «master of puppet» (amo de las marionetas), o «gaslight» (manipulador) en jefe de EE.UU.
La intención y lo que hará el gobierno de Donald Trump a partir del 20 de enero, lo refleja claramente la elección de su gabinete presidencial, integrado por muchísimos empresarios multimillonarios y militares condecorados, considerados de línea dura y conservadora.
Investidura Presidencial
El Comité de Investidura Presidencial de Trump ha recaudado más de 90 millones de dólares en donaciones privadas, cifra récord y muy superior a la de las dos juramentaciones de Barack Obama, quien recaudó 55 millones de dólares en 2009 y 43 millones en 2013.
Pero si bien ha obtenido más que cualquier otro presidente norteamericano en la historia, Trump piensa gastar menos. Su jefe de planificación Tom Barrack expresó que el equipo quiere evitar una «atmósfera circense» y prefiere una actitud más pragmática que rodee a Trump.
El magnate también anunció que se desvinculará de la gestión de sus conglomerados de empresas mientras esté en la presidencia, para evitar conflictos de intereses, y que los agrupará en una sociedad que dirigirán sus hijos Donald y Eric. El presidente de EE.UU. no está obligado a abandonar sus actividades empresariales, pero él lo va a hacer y no lanzará nuevos proyectos empresariales en el extranjero, sino que mantendrá los que ya tiene y en EE.UU., sus empresas continuarán con sus planes de expansión normales. También donará al Tesoro de EE.UU. lo que recaude por concepto de utilización de sus hoteles como forma de pago de países extranjeros y para no violar la Constitución.
Proyecto de Gobierno
A pesar de la incertidumbre que recae en la sociedad norteamericana y en el resto del mundo sobre aspectos medulares de su futura gestión y debido a sus incendiarias promesas electorales, la era Trump se perfila como pragmática, proteccionista, centrada en la economía y las finanzas, y con un fuerte sentimiento nacionalista de derecha. Hay mucho por definir aún, pero les expondremos algunos aspectos de su política que se han ido aclarando.
Aspectos positivos de su futura gestión:
1- Rebaja de impuestos para las clases media y baja.
2- Reconstrucción de las infraestructuras estatales y federales fortaleciendo sectores claves como las telecomunicaciones, el transporte aéreo, marítimo y terrestre, el sector inmobiliario público y privado, entre otros.
3- Revisión de programas con exuberantes costos del Complejo Militar Industrial.
4- Proteccionismo y subvención supervisada al sistema empresarial que califique.
5- Enfrentamiento al crimen organizado y al terrorismo internacional.
6- Fortalecimiento de la seguridad interna y externa norteamericana.
7- Revisión de políticas internas económicas y financieras.
8- Enfrentamiento a la corrupción, mala gestión y derroche del gobierno e instituciones.
Aspectos indefinidos de su futura gestión que se desarrollarán de acuerdo al tratamiento y reformulación final que se les dé:
1- Desmantelamiento, y reemplazo del Obamacare o Ley de Cuidados de Salud Asequibles.
2- Desmantelamiento, y reemplazo de la reforma económica de Obama.
3- Desmantelamiento, y reemplazo del sistema migratorio.
4- Política exterior.
Aspectos negativos de su futura gestión:
1- Falta de experiencia política.
2- Postura xenofóbica desmedida respecto a toda la inmigración ilegal con la construcción de un muro en la frontera con México donde dice que México pagará de una forma u otra por esa obra. La deportación forzada de once millones de inmigrantes ilegales, tengan antecedentes criminales o no.
3- Postura islamofóbica respecto a la inmigración árabe alegando temas de seguridad nacional.
4- Postura negacionista medioambiental frente al cambio climático.
5- Proteccionismo económico preferencial y desmedido a empresas norteamericanas.
6- Postura injerencista en asuntos internos de naciones soberanas.
7- Retórica incendiaria sobre temas medulares.
En resumidas cuentas, no creo que gobierno de Donald Trump lo haga peor de lo que lo hizo George W. Bush. Su falta de experiencia política y de la gran mayoría de su gabinete es innegable, pero por él votaron los norteamericanos el 8 de noviembre. Altos funcionarios del partido demócrata dicen sentirse avergonzados porque la clase media y baja ya no ven a los demócratas como el partido que los representa. Tienen razón. En saber delegar y asesorarse dependerá en mucho la buena gestión y el desempeño de la administración Trump para suplir la falta de experiencia.
La administración Obama deja el banderín bastante alto tras sus ocho años de gestión. Sacó a los EE.UU. de la peor crisis en 80 años y reestableció los parámetros del mercado y el estándar de vidas de muchas familias norteamericanas. Estableció una Ley de Cuidados de Salud Asequibles u Obamacare, con la que redujo desde el 2010 hasta el 2016 de un 16 % a un 8,9 % la cantidad de norteamericanos sin seguro médico.
Redujo desde el 2008 hasta el 2016 la dependencia energética exterior de 11 115 000 de barriles del petróleo diarios a 4 711 000, y fortaleció e incentivó los programas de energías limpias y renovables, así como como el uso responsable de la energía nuclear. Creó casi 16 000 000 de nuevos puestos de trabajo en el sector privado y público en los últimos 81 meses, por lo que deja a la sociedad norteamericana con un alto nivel de aprobación y muy bien parada, a pesar de las críticas .
También el presidente Obama tuvo éxitos grandes en la gestión de la política exterior, entre los que destacan la eliminación del líder terrorista Osama Bin Laden, el tratado nuclear con Irán y el restablecimiento de las relaciones diplomáticas con Cuba el 17 de diciembre de 2014.
La era Trump comienza con una retórica dura con respecto a Cuba. Como cubano, y mirando siempre el lado positivo de todo, le recuerdo a Donald Trump y a su administración que son más las cosas en las que nos parecemos que en las que nos diferenciamos, y como él es un buen padre, de buenas costumbres, que ama a su familia y a su nación, en Cuba también existimos buenos padres, hermanos, hijos, amigos de buenas costumbres, que amamos a nuestra familia y a nuestra nación, y poseemos una feroz tenacidad.
Por las malas, ya se sabe a dónde lleva ese camino. El proceso de normalización de relaciones entre el Gobierno y pueblo de Cuba, y el Gobierno y pueblo de EE.UU. comenzaron hace dos años y se han dado pasos positivos y firmes que redundan en el mejoramiento y fortalecimiento de esa relación. El respeto mutuo sobre la base del diálogo soberano, el debate y las sugerencias consensuadas, solo logrará los cambios imperecederos que ambos países necesitan por el bien de todos. Tenemos mucho que ofrecer y mucho que aprender. Los cubanos estamos conscientes de los retos, problemas y dificultades que tenemos por delante y sabemos lo que hay que hacer, pero sólo le corresponde decidir a los cubanos el futuro de Cuba. La mejor manera de hacer grande a norteamérica otra vez es reconocer a Cuba en toda su grandeza, y trabajar conjuntamente por un futuro mejor.