El tema del cese al fuego y las hostilidades por tiempo indefinido —defendido y acatado por las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia-Ejército del Pueblo (FARC-EP) y descartado por el Gobierno colombiano—, volvió a ser el centro de las declaraciones de ambas partes al término, este lunes, del ciclo 35 de las conversaciones de paz.
A propósito de los sucesos del Cauca el pasado 14 de abril, donde se irrespetó el silencio de las armas y murieron varios militares y guerrilleros, la insurgencia reiteró su disposición a mantener el alto al fuego, tal y como pactaron el 17 de diciembre de 2014.
No obstante, el Jefe guerrillero Iván Márquez afirmó que mantendrán su decisión mientras no sean objeto del asedio permanente de las tropas enemigas. «Hay acciones ofensivas que se despliegan en el marco de la legítima defensa», reconoció.
Al reiterar que ninguna acción ofensiva puede romper el proceso de paz, Márquez le exigió a su contraparte garantizar el buen desarrollo de las negociaciones e impedir que los intereses partidistas como las elecciones parciales de octubre próximo en Colombia «infecten los diálogos».
El 14 de abril último, durante un operativo militar en el sector la Esperanza del municipio colombiano de Buenos Aires, en El Cauca, un batallón del Ejército fue atacado por guerrilleros, dejando once personas muertas, entre ellos diez militares y un insurgente, según versiones del ejército colombiano.
Los hechos, que marcaron tensión nuevamente a los diálogos, fueron duramente criticados en su declaración por Humberto de la Calle, jefe del equipo negociador gubernamental, quien, como su contraparte, también reiteró su voluntad de continuar en la mesa.
De la Calle habló de que el camino «construido de confianza y esperanza ha sido lastimado» y atribuyó a las FARC-EP la responsabilidad exclusiva de esa acción que «incumplió con su palabra» y dejó su «credibilidad en entredicho», aseveró.
Ante afirmaciones de la guerrilla de que estas acciones tienen lugar por la negación del Gobierno de pactar un alto al fuego de ambos lados, el también ex vicepresidente colombiano añadió que, como lo dijo el mandatario Juan Manuel Santos, este no es el camino para presionar en ese sentido. «Un cese de esa naturaleza tiene que ser serio, tiene que ser verificable, y tiene que ser pactado en la Mesa en los términos del Acuerdo General, que es en lo que está trabajando la Subcomisión Técnica», apuntó De la Calle.
No obstante, abogó por la continuidad de las conversaciones con la guerrilla porque —dijo— poner fin a la guerra es más imperativo ahora que nunca.
Durante el ciclo que recién concluyó las partes continuaron analizando en la mesa de conversaciones el tema de las víctimas y, al parecer debido a las tensiones, culminó sin la tradicional declaración conjunta. Los diálogos en La Habana deberán reanudarse el próximo 28 de abril.