El grupo de seis hombres y seis mujeres recalcó que el diálogo es la única salida a la guerra. Autor: Ismael Francisco Publicado: 21/09/2017 | 06:00 pm
El quinto y último grupo de víctimas colombianas, que se reunió este martes en La Habana con la mesa de diálogo que mantienen el Gobierno de Colombia y las FARC-EP, hizo un llamado a los insurgentes del Ejército de Liberación Nacional (ELN), y al Ejército Popular de Liberación (EPL), así como a la Casa de Nariño, para que enrumben también un camino hacia la paz.
La petición de los seis hombres e igual número de mujeres trasciende y distingue porque piden a las dos organizaciones guerrilleras y al Gobierno, superar «la fase exploratoria e iniciar ya los diálogos».
Meses atrás el Gobierno colombiano anunció que se daban los primeros pasos para sentarse a la mesa con el ELN y el ELP, tal como vienen haciendo desde hace dos años con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia-Ejército del Pueblo (FARC-EP) en busca de dejar atrás un conflicto armado que dura más de 50 años.
Las víctimas representan a diferentes sectores de la población afectada por los actores armados del Estado, la guerrilla y grupos paramilitares que han proliferado en el país en los últimos años.
Según una declaración leída a la prensa, el grupo expresa que fueron escuchados «desde nuestro profundo dolor», convencidos de que se debe continuar en este proceso hasta llegar a una «paz que dignifique al ser humano».
Al respecto, Domingo Tovar —víctima de los múltiples actores del conflicto— habló sobre la cordialidad del ambiente en la mesa, aunque al mismo tiempo afloran sentimientos de angustia y esperanza.
Esperanzada también se mostró Magda Correa, hermana de un sindicalista asesinado por paramilitares, quien contó que llegó a La Habana totalmente escéptica, pero regresa «convencida de que las partes están decididas a llevar adelante el proceso», aseveró.
En respuesta a quienes desde Colombia rechazan la permanencia de las pláticas con las FARC-EP, Camilo Villa —víctima del paramilitarismo— refirió que resultan permisibles las críticas, pero la necesidad más importante es generar el cambio de mentalidad en el país para resolver las diferencias por la vía pacífica.
Villa también habló de la solemnidad y el respeto con que se escucha a las víctimas, lo que —dijo— arroja resultados importantes para el proceso.
Este grupo, que también se distinguió por la presencia de la ex senadora colombiana, Piedad Córdoba, perjudicada durante su fructífera carrera política por todas las formas de exclusión posibles por parte del paramilitarismo y del Gobierno, invitó a las partes a que protagonicen «hechos de paz que permitan generar confianza en el proceso».
Recalcaron en la declaración que hoy se cierra un ciclo histórico, tras dignificar a 60 personas de 26 departamentos del país que han sido víctimas de múltiples violaciones como la desaparición forzada, el reclutamiento de menores, la violencia sexual, y hasta el irrespeto al derecho a la vida.
En horas de la tarde de este martes el grupo de afectados por el conflicto armado y la violencia de más de 50 años sembró un árbol como símbolo de reconciliación y de la necesidad de que se haga un real reconocimiento de los más de siete millones de personas que han sido víctimas en Colombia.