El 20 de junio, el Departamento de Estado decidió, una vez más, incluir a Cuba en la peor de las categorías de su informe anual sobre los países que “no cumplen completamente con los estándares mínimos para la eliminación de la trata de personas y no hacen esfuerzos significativos con ese fin”, haciendo caso omiso al reconocimiento y prestigio alcanzado por nuestro país por su desempeño destacado en la protección a la niñez, la juventud y la mujer.
Cuba no ha solicitado la evaluación de Estados Unidos ni necesita las recomendaciones del gobierno de uno de los países con mayores problemas de trata de niños, niñas y mujeres en el mundo. Estados Unidos no tiene moral para calificar a Cuba, ni para sugerirnos “planes” de ninguna índole, cuando se estima que el número de ciudadanos norteamericanos con los que se trafica dentro de ese país es cercano a los 200 mil, donde la explotación laboral es la forma de trata de personas más extendida, en el cual el 85% de los procesos legales que se entablan en este tema corresponden a casos de explotación sexual, y donde más de 300 mil niños, del millón que abandonan sus hogares, están sujetos a alguna forma de explotación.
El Gobierno de Cuba rechaza rotundamente, por infundado, este ejercicio unilateral que ofende a nuestro pueblo. La inclusión en esta lista, por motivaciones totalmente políticas, como lo es también la designación de Cuba como Estado patrocinador del terrorismo internacional, está dirigida a justificar la política de bloqueo, en tanto conlleva la aplicación de sanciones financieras, que el Gobierno de los Estados Unidos arrecia cada vez más, provocando afectaciones severas a nuestra niñez, juventud, mujeres y a todo nuestro pueblo.
La Habana, 21 de junio de 2014.