El desfile, los honores a la bandera nacional, danzas, cantos, los premios a los niños destacados, conforman la alegría total en la India con motivo de su fiesta nacional. Los indios no olvidan lo mucho que costó la independencia, y el hecho que marcó el camino del cambio, como legado a las nuevas generaciones.
Aprobada por la Asamblea Constituyente el 26 de noviembre de 1949, la Constitución india entró en vigor el 26 de enero de 1950 y ese es el hito recordado en el país asiático y que durará tres días. Cada estado de la nación representa su propio festival en emplazamientos históricos y con su propia cultura, sin embargo en el Día de la República, el más grande y más importante de estos desfiles, se celebra en Nueva Delhi, donde destaca el colorido de la rica herencia cultural del país.
Aunque la India logró la independencia del poder británico el 15 de agosto de 1947, la aplicación de la Constitución resultó esencial para el avance nacional.
La memoria de los pueblos es sagrada y por eso no es raro que la India, una de las economías emergentes del planeta, cultive y mantenga sus tradiciones. La evocación a quienes cayeron en la defensa de un país mejor y los compromisos de futuro marcan las celebraciones. La Constitución otorgó a los ciudadanos de la India el poder de elegir su propio Gobierno y allanó el camino para la democracia.
Por suerte, a la altura del 2014, la nación asiática tiene resultados de los que enorgullecerse. Con más de 1 200 millones de habitantes, la India, la nación a la que Mahatma Gandhi se entregó en cuerpo y alma, es uno de los pilares de las economías emergentes agrupadas en el Brics, y en la arena internacional es defensora del multilateralismo.
Entre los actos conmemorativos destaca el desfile militar en la capital, en el que los indios muestran su capacidad para la defensa territorial. Los niños reciben reconocimientos y la alegría reina.
La India fue fundadora, junto con Cuba, del Movimiento de Países No Alineados, y constituye un baluarte en el impulso de la cooperación Sur-Sur.