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Declaran estado de emergencia en Egipto

Represión policial deja cientos de muertos. Dimite el vicepresidente de ese país y premio Nobel de la Paz, Mohamed El Baradei

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Juventud Rebelde

EL CAIRO, agosto 14.— Las autoridades de facto de Egipto decretaron este miércoles el estado de emergencia en todo el país durante un mes, luego de que el Ejército y la policía perpetraran una matanza de opositores al desmantelar por la fuerza los campamentos que mantenían los seguidores del presidente depuesto, Mohamed Mursi, en dos plazas de la capital.

Al cierre de esta edición, el Ministerio de Sanidad reportaba 278 muertos y 2 001 heridos, pero el balance de los enfrentamientos podría seguir en aumento teniendo en cuenta que las fuerzas de seguridad abrieron fuego contra la multitud, y que muchos de los lesionados tenían heridas de gravedad.

No obstante, fuentes de la Hermandad Musulmana, que encabeza las protestas contra el golpe de Estado de hace más de un mes contra el presidente electo, cifraban la cantidad de muertos en al menos 600.

El responsable del departamento de Primeros Auxilios, Mohamed Sultan, citado por la agencia oficial Mena, explicó que hay víctimas que presentan heridas de bala y de perdigones.

Entre las víctimas mortales se encuentran además dos periodistas: Habiba Ahmed Abd Elaziz, de 26 años, empleada de Gulf News, y Mick Deane, un camarógrafo británico de 61 años que trabajaba para Sky News desde hace 15 años.

El Ministerio del Interior, por su parte, reportó la muerte de al menos 43 policías —incluyendo 18 oficiales, dos generales y dos coroneles— y otros 211 heridos —de ellos 156 reclutas— en enfrentamientos durante su operación para desalojar las acampadas y dispersar a los manifestantes, según reportó Xinhua.

El diario El País reportó que en las plazas de Rabaa al-Adauiya y Al-Nahda «las fuerzas de seguridad egipcias redujeron en pocas horas todo a escombros —con fuego real, gases lacrimógenos y excavadoras— en una operación que incendió las calles egipcias».

«Tiraron las lonas (de la tienda de campaña). Había policías y soldados. Dispararon gases lacrimógenos a los niños», aseguró Saleh Abdulaziz, un maestro de 39 años que llevaba una herida sangrante en la frente cuando fue entrevistado por Reuters. Entre los cadáveres que se amontonaban en la morgue, muchos presentaban heridas de bala en el pecho o en la cabeza, añaden las informaciones.

En su descripción de los acontecimientos, El País afirma que también cientos de los acampados en Rabaa al-Adauiya aceptaron salir pacíficamente y «sin mostrar prisa ni nerviosismo, una hilera de hombres, mujeres y niños abandonaban sus tiendas de campaña frente a la mirada de los agentes desplegados en la zona».

Tras la masacre perpetrada por las fuerzas castrenses, el viceprimer ministro egipcio, el liberal Mohamed El Baradei, renunció a su cargo, arguyendo que se ha vuelto difícil para él seguir asumiendo la responsabilidad de decisiones con las que no está de acuerdo, según explicó en una carta al presidente interino, Adli Mansour, lo que da otra prueba de que son los militares quienes realmente ostentan el poder en la nación norteafricana.

A pesar de la jornada sangrienta, que todavía continuaba en las calles de El Cairo y también en otras importantes ciudades del país, el primer ministro de facto, Hazem el Beblawi, dijo que la policía actuó con «la máxima consideración» durante las operaciones de desalojo, según ANSA.

Por su parte, el ministro del Interior egipcio, Mohamed Ibrahim, aseguró que las autoridades no permitirán nuevas protestas a favor del presidente Mohamed Mursi, derrocado por un golpe de Estado militar el pasado 3 de julio. «Hay una coordinación total con las fuerzas armadas y no se permitirán más sentadas en ninguna plaza de Egipto», dijo Ibrahim en conferencia de prensa transmitida en vivo por la televisión estatal, citada por DPA.

Estados Unidos, que históricamente ha encontrado en Egipto, y específicamente en las fuerzas armadas de ese país, un aliado estratégico en la región del Norte de África y Oriente Medio, condenó la violencia, un día después de que urgiera al Gobierno de facto a permitir las manifestaciones de los islamistas como expresión de la democracia.

«Los acontecimientos de hoy son deplorables y van en contra de las  aspiraciones egipcias de paz, inclusión y genuina democracia», dijo el secretario de Estado norteamericano, John F. Kerry a los periodistas, según AFP.

«El Gobierno interino y los militares -—que juntos poseen la preponderancia del poder en esta confrontación— tienen una única responsabilidad de evitar ulterior violencia y ofrecer opciones constructivas para un proceso pacífico e inclusivo a través de todo el espectro político», agregó Kerry, quien urgió a los militares egipcios a convocar a elecciones.

Exhortó además a detener el estado de emergencia, que suprime los derechos civiles de la población, impuesto en 12 provincias del país, y que algunos analistas recuerdan que es similar a la ley de excepción mantenida durante tres décadas por su aliado Hosni Mubarak.

El anuncio de la medida de excepción sigue a otro sobre la suspensión del tráfico ferroviario desde el sur, donde la Hermandad Musulmana tiene su principal base de apoyo, precisó PL.

Pese a las declaraciones de contención estadounidenses, el Gobierno de Barack Obama se ha negado a calificar de golpe de Estado el derrocamiento de Mursi, pues de hacerlo se vería obligado a cesar la ayuda anual al país de 1 500 millones de dólares, la mayor parte de ella en materia militar.

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