Reuben Reynoso, tiene un trabajo muy especial en una fábrica de colchones: saltar ligeramente sobre ellos. Pues sí, según Reynoso su empleo no es un juego, se trata de un proceso que comprime el algodón de una manera que las máquinas son incapaces de lograr. De hecho, el proceso de salto no es sencillo. El experto debe realizar los brincos varias veces al día sobre tres colchones, y la precisión es fundamental. Si el colchón no está lo suficientemente comprimido, no entra en la máquina de coser para su terminado. Pero si han saltado sobre él más de lo necesario, el algodón se comprime demasiado. Imagino que pronto, Reynoso, padecerá de problemas en su espalda.