El pueblo griego está harto de ajustes. Autor: Getty Images Publicado: 21/09/2017 | 05:25 pm
ATENAS, octubre 3.— El presidente de Chipre, Demetris Christofias, expresó este miércoles su rechazo a las condiciones que quieren imponer la Unión Europea y el Fondo Monetario Internacional (FMI) a cambio de un programa de «rescate» de la economía chipriota, durante una visita de sus representantes a Grecia.
«Nos negamos a firmar un memorando que ate la indexación de los salarios a la inflación» o que imponga «la privatización de los organismos semipúblicos que tienen beneficios», dijo Christofias.
El mandatario aseguró que el objetivo de las disposiciones que exige el FMI a cambio de lo que la institución financiera internacional denomina «programas de rescate» es «favorecer el capital privado». «No se puede hacer una cosa así (...) Estas medidas neoliberales han fracasado (...) crean un círculo vicioso», dijo a la televisión pública griega Net, citada por AFP.
Chipre, que no puede financiarse en los mercados a causa de sus dificultades económicas, está negociando con la troika —FMI, la Comisión Europea (CE) y el Banco Central Europeo (BCE)— medidas de austeridad a cambio de un paquete de «ayuda».
Aunque el monto del denominado «rescate» no ha sido comunicado oficialmente, según la agencia de calificación financiera Standard and Poor’s podría alcanzar 15 000 millones de euros en tres años.
En tanto, los hombres de la troika —los alemanes Matthias Mors (CE) y Klaus Masuch (BCE) y el danés Poul Thomsen (FMI)— se encontraron con el ministro griego de Desarrollo, Costis Hatzidakis, como parte de las negociaciones que se llevan a cabo desde julio para implementar otro plan de austeridad, que incluye, según Reuters, una nueva ronda de recortes salariales y de pensiones a los que se opone un pueblo harto de la austeridad, y un drástico corte de gastos farmacéuticos y beneficios sociales, así como planes para despedir a servidores públicos.
La troika quiere que Grecia aplique la totalidad de estos recortes en el presupuesto de 2013, aseguró el diario Ta Nea, citando a fuentes gubernamentales. A cambio, Atenas recibiría un tramo de ayuda financiera de 31 500 millones de euros. Pero el Gobierno griego pide que los 10 500 millones de recortes y los 3 000 de ingresos por recaudación fiscal de esas medidas, se apliquen escalonadamente hasta 2016, para amortiguar los efectos más nocivos de los tijeretazos sociales.
«Esta exigencia es una locura», afirmó una fuente del Ministerio de Finanzas citada por el rotativo ateniense, quien además apuntó que «no será aceptada por la coalición» de Gobierno. Según la fuente, el Ejecutivo «no cree que tan intensa austeridad beneficie a la economía», al contrario, «empujará al país a una recesión más profunda».
Este miércoles se cumplía un paro de seis horas de trolebuses, una huelga de 24 horas de los empleados del Emporiki Bank y una protesta con marcha de los trabajadores municipales, además de varias manifestaciones contra la austeridad organizadas por el Partido Comunista, según ANSA.
Mientras, los trabajadores de las oficinas de recaudación impositiva se aprestaban a declarar una huelga de 48 horas para la próxima semana ante otra poda a sus salarios.