El presidente colombiano Juan Manuel Santos expresó su apoyo a Cuba. Autor: Internet Publicado: 21/09/2017 | 05:19 pm
CARTAGENA DE INDIAS, Colombia, abril 14.— El anfitrión de la VI Cumbre de las Américas, el presidente colombiano Juan Manuel Santos, inauguró la cita continental en Cartagena de Indias con un vehemente llamado a superar los «paradigmas del pasado», a "tender puentes" y unirse para construir un futuro de prosperidad compartida.
En su discurso, que según DPA fue muy aplaudido por los presentes, Santos tocó todos los temas más candentes de una cumbre marcada por divisiones entre países latinoamericanos y Estados Unidos, principalmente sobre la ausencia de Cuba en la cita, aunque también sobre la política antidrogas y la demanda argentina de soberanía sobre las islas Malvinas.
«No vinimos a esta cumbre para comentar la realidad, vinimos para transformar la realidad», expresó el mandatario colombiano, quien dejó en claro que considera la ausencia de Cuba como una de las realidades que deben cambiar en el futuro cercano: «Sería inaceptable otra cita sin Cuba presente», advirtió según DPA.
Para el mandatario colombiano, «las consecuencias de no superar los paradigmas del pasado» se ve reflejadas en el caso de Cuba, en el que «el aislamiento, el embargo, la indiferencia, el mirar para otro lado, han demostrado ya su ineficacia», apuntó ANSA.
En referencia al bloqueo contra la Isla, el mandatario colombiano agregó: «En el mundo de hoy no se justifica ese camino. Es un anacronismo que nos mantiene anclados a una era de Guerra Fría superada hace ya varias décadas».
«Así como sería inaceptable una próxima cumbre con un Haití frustrado, también lo sería con una Cuba ausente», citó AFP.
El presidente colombiano consideró que Latinoamérica vive hoy «un punto de inflexión» y no puede desperdiciar la oportunidad de dar un «salto cualitativo» en su desarrollo y en su relación con el mundo, pero para ello «hay que abandonar mitos y superar anacrónicas amarras ideológicas y aproximarnos con un nuevo paradigma en el cual lo que más importe sean los intereses de la gente», reportó DPA.
«El viejo estereotipo en que unos somos del sur y otros somos del norte está agotado. Aquí todos somos iguales si queremos tener contundencia», enfatizó Santos, quien agregó que, «en el mundo multipolar en que vivimos la cohesión regional es definitiva para tener una interlocución real, hacer valer nuestras aspiraciones y para hacer valer la voz de nuestras gentes», agregó.
«No ha existido un mejor momento en la historia para tender puentes en el hemisferio», dijo el anfitrión de la Cumbre de las Américas, al apuntar que latinoamericanos ya han dejado atrás «muchas debilidades que nos ataban al pasado», mientras que Estados Unidos, así como otras potencias tradicionales, «han conocido ya los límites de ejercicio aislado del poder».
Santos recordó que los países al sur del Río Grande le compran a Estados Unidos cerca de la cuarta parte de sus exportaciones, y venden un 20 por ciento de las importaciones del gigante norteamericano: «La interdependencia económica es muy buena base para construir el futuro», aseguró el mandatario colombiano.
Destacó además que la ausencia de una acción cohesionada de las Américas perjudica a los países más vulnerables, como Haití, el más pobre del continente: «Cada país coopera a su manera con Haití, según sus propios intereses, una especie de cacofonía de buenas intenciones pero con pobres resultados».
«No podemos llegar a la próxima cumbre invocando el espíritu hemisférico si no somos capaces antes de contribuir colectivamente a que Haití entre con vigor y por la senda del crecimiento a la superación de la pobreza», reclamó.
Al mismo tiempo, exhortó a apoyar a América Central, donde el poder del crimen organizado «amenaza la seguridad de muchas de esas naciones y de la región».
«Centroamérica no está sola. No podemos llegar a la próxima cumbre sin las victorias decisivas que anuncien que vamos a liberar a los pueblos centroamericanos de las garras de la violencia».
Finalmente, Santos llamó sus pares a poner en marcha un debate «sin prejuicios y dogmas» sobre la «guerra a las drogas».