El presidente sirio, Bashar al-Assad, ha propugnado la elaboración de una nueva constitución para su país. Autor: AFP Publicado: 21/09/2017 | 05:10 pm
DAMASCO, junio 20.—El presidente Bashar Al-Assad prometió eliminar lo que describió como germen de la conspiración contra Siria, y distinguió entre legítimas demandas de reformas y actos vandálicos, al tiempo que convocó a un diálogo nacional, según PL.
«Deseamos soluciones políticas, deseamos restaurar el modo de vida normal, y que el Ejército y las fuerzas de seguridad regresen a sus cuarteles», afirmó el mandatario en el tercer discurso a la nación desde el estallido de las revueltas populares el 15 de marzo pasado.
Señaló que se creó una Autoridad para el Diálogo Nacional que integran 100 personas, incluido él, con el fin de delinear el futuro que se construirá en Siria y reformas que satisfagan a distintos sectores sociales.
Apuntó que la referida autoridad se encargará de crear un plan de reformas a partir de la más amplia participación porque debemos tomar juntos la responsabilidad de transformar el país, y adelantó que gradualmente se propiciará la redacción de una nueva Constitución.
En ese sentido, prometió modificar el manejo gubernamental de los medios de comunicación, las elecciones locales, otorgar la nacionalidad para los kurdos, acabar con la corrupción a distintos niveles y crear los canales adecuados para la participación política.
Este es un período negro en Siria y no debemos continuar en él los saboteadores tratan de explotar un movimiento que busca reformas legítimas, remarcó el jefe de Estado al abordar la crisis nacional y la situación de más de 10 500 ciudadanos desplazados por los combates.
Aclaró, sin embargo, que será imposible emprender reformas en medio del vandalismo y debemos restablecer todo lo que ha sido destruido, al tiempo que invitó a los sirios que huyeron a Turquía y otros territorios vecinos a regresar a sus casas.
Al-Assad insistió en varias ocasiones en que distinguía entre los que tienen necesidades y sed de cambios y quienes buscan destruir el país, como las bandas terroristas armadas dijo- que dispararon y aterrorizaron a la población en la ciudad de Jisr Al-Shughour.
El mandatario, que ya introdujo hace meses medidas como la derogación del estado de emergencia vigente desde 1963, la remodelación del gabinete y la liberación de prisioneros políticos, lamentó que se está derramando sangre inocente en esta nación árabe.
Reconoció que todavía no se ha podido erradicar la conspiración que se reproduce como un germen, pero dejó claro que las fuerzas armadas y de seguridad seguirán su ofensiva contra quienes buscan desestabilizar el país siguiendo un alegado plan o complot extranjero.
Consideró minoría a los opositores violentos, aunque señaló que se dotaron de moderno armamento y potente artillería para cometer sus crímenes, y afirmó que no prestaré atención a ninguna circunstancia externa, ni positiva ni negativa en alusión a presiones de Occidente.