El calor y el cariño de Cuba alimentan la labor de nuestra organización solidaria, expresó Renata Fausten. Autor: Roberto Ruiz Espinosa Publicado: 21/09/2017 | 05:09 pm
Personas de todo el mundo alimentan la hoguera de la solidaridad apoyando a Cuba y a su Revolución, un respaldo que se enriquece y aumenta cuando sienten el latir de nuestra Isla.
Así le ocurre a la alemana Renata Fausten, presidenta de la Asociación de Amistad Alemania-Cuba por más de 20 años, y una de las integrantes de la VI Brigada Internacional Primero de Mayo, que participó en los actos por el Día de los Trabajadores.
Aunque su carrera como profesora exige de ella un serio compromiso, siempre saca tiempo para, una vez al año, visitar el lugar que considera su «segunda casa».
«Venir a Cuba nos permite palpar su realidad para posteriormente darla a conocer y difundirla por el mundo; nos permite, además, aprender de los cubanos, de sus deliciosas costumbres, y sobre todo de su pensamiento político y sus logros sociales como nación única en el mundo», recalcó Fausten.
Esta abnegada colaboradora de la Revolución Cubana y su pueblo comentó que el calor y cariño de la nación caribeña alimenta la activa labor de la organización que preside.
«Ahora mismo estamos realizando en Alemania la asamblea nacional anual de nuestra institución, que culminará con un acto multitudinario en el que se leerán poemas de Antonio Guerrero y se entregarán documentos a los presentes con información detallada sobre los Cinco Héroes y el amañado proceso judicial del que han sido víctimas».
Detalló Fausten que los miembros de la Asociación han enviado misivas al Presidente de los Estados Unidos para exigir la liberación inmediata de los luchadores antiterroristas y el cese del criminal bloqueo impuesto a Cuba durante más de 50 años.
Luego de participar, como sus compañeros, en la fiesta de la Plaza de la Revolución, la brigadista expresó sentirse muy emocionada y apuntó que el principal motivo de su visita en esta ocasión, como en las anteriores, ha sido uno solo: «Llenar el alma».
Como ella, Matías Javier Noal es un admirador de Cuba. Llegó aquí luego de desafiar el cansancio y las adversidades del clima en un largo trayecto inspirado en el recorrido del Che durante su primer viaje por Latinoamérica.
Matías se comprometió con Cuba cuando escuchó hablar de su resistencia, y desde entonces el argentino ha participado en tantas actividades de apoyo a la Revolución que no parecieran alcanzarle para ello sus años mozos.
Salió el tres de enero de su tierra natal y a su paso por Chile realizó trabajo voluntario para apoyar a las víctimas del terremoto de febrero de 2010.
Se las agenció también para denunciar en programas de radio y televisión en Ecuador, Bolivia, Perú y Colombia la injusta prisión de Gerardo, Ramón, Antonio, Fernando y René por el proceder noble y valiente de proteger a su patria de las acciones terroristas programadas desde territorio de Estados Unidos.
Luego se involucró en el aluvión de programas sociales de la Revolución Bolivariana en Venezuela.
Pero llegar a Cuba marcó su vida. «Me habían hablado mucho de esta nación, mas nada se compara con conocerla, con tocarla, con verla».
A la pregunta de por qué ayuda y apoya a la Revolución y a su pueblo, respondió: «Cuba es la frutilla del postre; después de recorrer América divulgando la realidad de los Cinco y de subir el Aconcagua para poner una bandera cubana en la cima, mi única esperanza era llegar aquí. La expectativa creció; ahora que conozco Cuba y su gente siento la razón de mi lucha».