EL PASO, Texas, enero 13.— La Fiscalía Federal de Estados Unidos llamará a 18 testigos de Cuba, Italia y Guatemala en el juicio que se sigue contra el terrorista Luis Posada Carriles, mientras que sus abogados defensores llevarán al estrado a seguidores que el criminal tiene en Miami.
Posada está siendo juzgado por estos días en un Tribunal de la ciudad de El Paso, Texas, solo por mentir a funcionarios de Inmigración durante las entrevistas después de haber entrado a Estados Unidos como indocumentado en 2005, y no por sus probados actos terroristas.
Según reportó EFE, entre los testigos de los fiscales figuran dos expertos cubanos que realizaron la investigación de atentados con bombas en Cuba ocurridos entre 1997 y 1998 contra instalaciones turísticas, los cuales Posada Carriles organizó. La Fiscalía también llamará al médico forense encargado de la autopsia del turista italiano Fabio di Celmo, quien murió en esos ataques.
Parte de la lista de los testigos de ambas partes se divulgó este jueves en el tribunal donde se juzga a Posada Carriles de 11 cargos por fraude, obstrucción de procesos, perjurio y falsas declaraciones en su solicitud de asilo político y ciudadanía.
La segunda jornada del juicio comenzó con la abogada de Inmigración del Gobierno estadounidense, Gina Garrett Jackson, quien revisó el historial migratorio y la solicitud de asilo político del acusado.
El abogado José Pertierra, letrado que representa al Gobierno de Venezuela en la solicitud de extradición de Posada Carriles, expuso a EFE que en cuanto concluya el juicio, Caracas insistirá en el proceso de extradición del terrorista.
«Estados Unidos dice que no puede deportarlo porque actualmente enfrenta un proceso penal en cortes federales, así que vamos a esperar a que concluya para seguir con el proceso de extradición», declaró.
Caracas solicitó en 2005 formalmente al Gobierno de EE.UU. la extradición del criminal confeso.
Posada Carriles tiene una orden de deportación en su contra, pero un juez de Inmigración de El Paso, William Abbott, la difirió en 2005 invocando la Convención Internacional de Protección contra la Tortura, alegando que el criminal podría ser torturado si lo deportaban a Venezuela o a Cuba, otra mentira de Posada.