En su discurso de asunción, Rousseff elogió repetidamente a Lula y adelantó que su misión es darle continuidad al trabajo que realizó y hacerlo avazar mucho más. Autor: Getty Images Publicado: 21/09/2017 | 05:04 pm
BRASILIA, enero 1.— El compromiso de Dilma Rousseff de trabajar arduamente para erradicar la miseria, y una multitudinaria despedida al ex presidente Luiz Inácio Lula da Silva, fueron los momentos más trascendentales de la ceremonia de toma de posesión de la primera mujer en la historia que asume la presidencia de Brasil.
Delegaciones de más de 130 países participaron en el acto de asunción; entre ellas la de Cuba, encabezada por el primer vicepresidente de los Consejos de Estado y de Ministros, José Ramón Machado Ventura.
Durante su extenso y emotivo discurso, Dilma delineó los principales objetivos de su administración, basada en la continuidad y el avance de lo obtenido en los ocho años de mandato de su antecesor Luiz Inácio Lula da Silva, a quien elogió en varios momentos de su intervención, comentó PL.
Después de destacar el avance social de las clases más bajas durante el Gobierno de Lula, del que fue jefa de ministros, la economista de 63 años puntualizó que su objetivo central será trabajar «obstinadamente para erradicar la pobreza extrema o miseria», y la creación de oportunidades para todos los brasileños, informó ANSA.
«Voy a honrar a las mujeres, proteger a los más frágiles y gobernar para todos», señaló.
«No descansaré mientras haya brasileños sin alimentos en la mesa, mientras haya familias en las calles, mientras haya niños abandonados. La familia es el alimento, la paz y la alegría. Este es el sueño que voy a perseguir», puntualizó Rousseff.
En el ámbito de la política exterior, Rousseff afirmó que su gobierno continuará fomentando la integración latinoamericana y dará una consistencia cada vez mayor al Mercado Común del Sur (MERCOSUR) y a la Unión de Naciones Suramericanas (UNASUR), porque —dijo— la región es un componente esencial para el mundo multipolar de los próximos tiempos.
Sobre Lula, Rousseff aseguró que «es el presidente que cambió la forma de gobernar y llevó al pueblo brasileño a confiar en el futuro», y adelantó que su misión es darle continuidad a esa política y hacerla avanzar mucho más.
Lula deja la presidencia de Brasil luego de ocho años de gobierno, con un 87 por ciento de aprobación popular, lo que lo convierte en el mandatario más popular en la historia del gigante sudamericano.
Visiblemente emocionado, Lula da Silva le colocó la banda presidencial a su sucesora en el Palacio del Planalto, ante una multitud en la Explanada de los Ministerios de Brasilia que lo aclamó y vitoreó.
Posteriormente la nueva Presidenta dio posesión de sus cargos a los 37 ministros del gabinete con el que iniciará su gestión de cuatro años, de los cuales 15 pertenecieron al equipo de gobierno de su antecesor.