LONDRES, mayo 10.— El primer ministro británico, Gordon Brown, se eliminó como obstáculo para un posible pacto de su partido, el Laborista, con los liberaldemócratas, al anunciar la apertura de negociaciones con ellos y, a la vez, su retirada como líder en el congreso de su formación en septiembre.
Su declaración, a las puertas del número 10 de Downing Street (sede del jefe del gobierno), se produjo poco después de que los liberales exigieran a los conservadores que aclararan varios puntos antes de dar el visto bueno a un eventual acuerdo para la formación de una alianza, lo que han aprovechado los laboristas.
Pese a que los liberaldemócratas fueron el tercer partido en número de votos, a gran distancia de los otros dos, como los conservadores no lograron la mayoría absoluta de los escaños en las elecciones del 6 de mayo, son los liberaldemócratas los que pueden ayudarlos a formar una coalición, y asimismo a los laboristas.
En ese contexto, Brown recordó a los conservadores que el británico es «un sistema parlamentario y no presidencial», y que su deber constitucional es «continuar al frente del gobierno mientras los partidos exploran las opciones para formar un gobierno que pueda gozar de apoyo mayoritario».
Mientras los equipos negociadores de conservadores y liberales seguían buscando áreas de coincidencia entre dos partidos ideológicamente distantes, Brown telefoneaba al líder del Partido Liberal Demócrata, Nick Clegg, y se entrevistaba con él en privado para sondear sus intenciones.
Clegg aspira a una reforma del actual sistema electoral, que favorece a los dos grandes partidos, y a la democratización de la Cámara de los Lores, con la abolición de sus miembros hereditarios. Una de las condiciones que había puesto para una eventual alianza con los laboristas era la sustitución de Brown por otro dirigente de ese partido, menos identificado con los 13 años de gobierno laborista y con decisiones tan polémicas como la guerra de Iraq.
Brown defendió un posible pacto al afirmar que «hay una mayoría progresista en Gran Bretaña» y que «la formación de un gobierno de coalición progresista podría ser algo en interés de todo el país».