Los movimientos de solidaridad han brindado un aporte sustancial a que le caso de los Cinco sea más conocido. Autor: Internet Publicado: 21/09/2017 | 04:53 pm
Dos de los cinco antiterroristas cubanos encarcelados desde hace más de una década en EE.UU., Fernando González y Ramón Labañino, comparecen hoy en la vista oral de resentencia ante la Corte Federal del Distrito Sur de la Florida.
Los cubanos, que para este proceso fueron trasladados a Miami desde septiembre, se enfrentarán a un nuevo dictamen legal, luego que la Corte Suprema rechazara revisar el caso y que el Onceno Circuito de Atlanta anulara las anteriores sentencias.
La jueza Joan Lenard, la misma que condenó a los Cinco en 2001 a excesivas e injustas condenas, estará a cargo de las resentencias, tal como ocurrió con Antonio Guerrero, a quien le fuera eliminada la cadena perpetua que pesaba en su contra y fuera condenado a casi 22 años de cárcel, el pasado 13 de octubre.
Los abogados de la Defensa esperan, como hicieron saber durante un encuentro con la prensa cubana hace unos meses, que ahora la jueza tome en consideración, además de la ausencia de pruebas, el largo término que han permanecido en prisión, el sufrimiento tanto para ellos como para sus familias, el reconocimiento de la comunidad internacional, y que imponga una sentencia sustancialmente menor.
Mientras, la solidaridad internacional sigue movilizándose en torno a la verdad sobre quienes únicamente defendieron a los pueblos cubano y estadounidense del terrorismo. Este martes, el Comité Libanés por la Libertad de los Cinco circuló un mensaje electrónico que contenía las declaraciones del presidente de la Asamblea Nacional del Poder Popular, Ricardo Alarcón de Quesada, sobre lo que debiera ser la decisión del tribunal de Miami este 8 de diciembre:
«La única acción que pudiera, en alguna medida, reparar la muy maltrecha imagen del sistema legal norteamericano sería que condenaran a Ramón y a Fernando a lo que debieron haberlos condenado a todos: un minuto de encierro para que se cambien de ropa y salgan para el aeropuerto y vayan hacia La Habana. Esa es la única condena que podemos aceptar».