«Hay que seguir luchando», ratificó Chávez, poco después de imponer la condecoración. Autor: Juan Carlos Solórzano Publicado: 21/09/2017 | 04:52 pm
Con «sencillez» y «el compromiso de no claudicar nunca»— dijo Irma Sehwerert—, los Cinco reciben la Orden del Libertador en su Primera Clase, Gran Cordón, que les fue conferida por Venezuela y entregada anoche a sus familiares por el Presidente Hugo Chávez.
Colaboradores cubanos y amigos venezolanos acompañados por ministros y parlamentarios colmaron la sala del Teatro Municipal de Caracas, en un acto que fue otra confirmación del apoyo que esta tierra brinda a la causa de Ramón, René, Gerardo, Fernando y Antonio.
Con emoción, Chávez hizo depositarias de la Orden a madres, esposas, hermana, colocándoles sobre el pecho la banda que ellas recibieron igualmente conmovidas y como una extensión del abrazo cálido que el pueblo de Venezuela ha tributado estos días a Mirtha, madre de Antonio; a Magalys, la de Fernando, y a Irma, la mamá de René; así como a la esposa de este, Olguita, a Rosa y Elizabeth, compañeras de Fernando y Ramón, y a Isabel, hermana de Gerardo, cuando su esposa, Adriana, está en otra misión, explicó Chávez, luego de una llamada de Fidel que se lo recordaba.
«Las emociones han sido demasiado intensas», confirmaría Irma al comentar las actividades de estos días y quien, a nombre de los Cinco, agradeció el respaldo recibido desde todo el mundo y, especialmente, de esta nación bolivariana.
También usó de la palabra Ricardo Alarcón, presidente de la Asamblea Nacional del Poder Popular de Cuba, quien abrió su intervención con una frase que compartió el plenario con sus aplausos, cuando agradeció a nombre del pueblo de Cuba «este reconocimiento tan justo», dijo. Ellos son continuadores del Libertador. Cada uno de ellos ha sido capaz de sintetizar lo mejor de su pueblo, de sus virtudes, aseveró.
A nombre de las madres y de todas las venezolanas, la ministra de la Mujer e Igualdad de Género, María León, aseguró que el pueblo venezolano no vacilará en esta lucha, que ya se extiende por barrios y frentes femeninos de Venezuela.
La presidenta de la Asamblea Nacional de Venezuela, Cilia Flores, y el embajador cubano Rogelio Polanco, también se encontraban en el acto, que ratificó la convicción expresada por Chávez: «Habrá justicia».