MANAGUA, junio 28.— «Luchamos por principios humanos, por cosas que siempre han formado parte de nuestras vidas», declaró en la noche de este domingo el presidente hondureño Manuel Zelaya en los primeros momentos de la Cumbre extraordinaria de los países del ALBA, quien en la madrugada de este día fue sacado a la fuerza de su residencia y llevado sin explicación alguna a Costa Rica.
Luego de saludar y agradecer a todos los que en el mundo han acompañado la batalla por restablecer la legalidad en Honduras, Zelaya expresó haber sido tratado por el presidente Oscar Áreas como un invitado de honor, a su inesperada llegada a Costa Rica, a raíz de «este problema que hoy ha surgido en honduras».
A los periodistas Zelaya declaró estar vivo casi por milagro, pues fue víctima de un acto lleno de violencia y brutalidad, en el cual más de 200 militares, encapuchados, con cascos y chalecos antibalas, lo secuestraron.
El mandatario recordó cómo los golpistas, quienes le apuntaban a la cabeza y al pecho, le dijeron que si no soltaba su celular le dispararían.
Ante esa actitud, contó el presidente constitucional hondureño, respondió él que podían disparar si querían, pues la ofensa cometida era contra un pueblo entero.
Sobre los capitanes de la nave que llevó a Zelaya hasta Costa Rica, el mandatario hondureño resaltó que estos prefirieron no abrir la puerta de la cabina para no verle el rostro, porque sentían vergüenza de traicionar a todo un pueblo, a la Historia ante la cual tendrán que responder.
Sobre el golpe, Zelaya comentó que significa un retroceso humano en pleno siglo XXI, un «atentado que habla mal de la humanidad, del hombre, de los seres humanos».
Asisimo denunció a la elite política de su país por haber fraguado el complot militar, como camino para no escuchar la voluntad del pueblo. Y advirtió ser un presidente que «no se compra ni se vende».