LONDRES, mayo 19.— El presidente de la Cámara de los Comunes británica, Michael Martin, presionado por su papel en el escándalo de las abusivas facturas de gastos presentadas por algunos diputados, anunció este martes que renunciará el próximo 21 de junio, algo inédito en 300 años.
«Desde que he integrado esta cámara hace 30 años, siempre he tenido el sentimiento de que daba lo mejor de ella misma cuando estaba unida», declaró Martin, quien ocupaba el cargo desde hace nueve años, en una breve declaración de menos de un minuto ante los diputados.
«A fin de que la unidad (de los Comunes) se mantenga, he decidido renunciar al puesto de presidente (speaker) el domingo 21 de junio», añadió en un breve comunicado, citado por AFP. La elección del sucesor se llevará a cabo el 22 de junio.
La portavoz indicó que Martin dimitiría también de su mandato de diputado de la circunscripción escocesa de Glasgow, por lo que se convocarán elecciones legislativas parciales en este bastión laborista.
Si se respeta la tradición, Martin debería recibir un título de nobleza que le permitirá ocupar un escaño en la Cámara de los Lores, la cámara alta del Parlamento.
Antiguo trabajador del metal y ex dirigente sindical, Martin llevaba días en el punto de mira de varios diputados. Se le reprocha no haber sabido o querido llevar a cabo las reformas del sistema que permitía los abusos en los gastos de los diputados, en el centro de uno de los mayores escándalos políticos de los últimos años en Gran Bretaña.
Como presidente de los Comunes, Martin, de 63 años, debe dirigir los debates en la Cámara, pero también es responsable del servicio que controla los gastos de los dipu tados.
El lunes se presentó una moción de censura contra él, que pedía su dimisión. Un total de 23 diputados de todas las tendencias políticas la habían firmado el martes por la mañana.
La dimisión de Martin es la primera de un presidente de la Cámara de los Comunes desde 1695, cuando Sir John Trevor se vio obligado a dejar ese cargo por haber aceptado dinero a cambio de su apoyo para que se aprobase una ley.
Desde hace unos diez días, la vida política británica se ve envenenada por las revelaciones diarias en la prensa sobre los excesos de los gastos de los diputados de los principales partidos, desde el reembolso del mantenimiento de una piscina hasta la compra de un pintalabios, o comida para perros, y préstamos inmobiliarios dudosos.
Según un sondeo publicado el martes por The Guardian, el 69 por ciento de los británicos estima que el primer ministro, Gordon Brown, gestionó mal el escándalo de los gastos. El 55 por ciento de las 1 002 personas interrogadas considera que su adversario conservador, David Cameron, salió favorecido.
En caso de elección general anticipada —reclamada por Cameron—, el Partido Laborista en el poder lograría solo el 28 por ciento de los votos, frente al 39 por ciento de la oposición conservadora.