CUMANÁ, Sucre.— No pudo Chávez proponerle a sus homólogos de los países miembros de la Alternativa Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA), mejor sede para un nuevo encuentro que la oriental ciudad de Cumaná, capital del estado Sucre, enclavada a 402 kilómetros al este de Caracas y situada sobre el Mar Caribe.
Y no es solo porque «estaremos muy cerca de Trinidad (...), debatiendo varias horas (...), para elaborar un balance y prever lo que pudiera ocurrir en la Cumbre de las Américas», un día después de la Cumbre Extraordinaria del ALBA, como expresara el mandatario venezolano, a su paso por La Habana, luego de su más reciente gira internacional.
Los representantes de Honduras, Nicaragua, Bolivia, Ecuador, Paraguay, Dominica y Cuba, se encontrarán con una ciudad que está indisolublemente ligada a los sentimientos libertarios de la región y de la República Bolivariana de Venezuela.
Sitio elegido para «este acercamiento y abordaje de una agenda con las naciones hermanas, que se corresponde con una dinámica indetenible, basada en un intenso trabajo que busca fortalecer las relaciones alternativas geopolíticas, en los aspectos económico, energético, social y cultural que se han estado construyendo», es Cumaná la ciudad natal de uno de los venezolanos más ilustres, Antonio José de Sucre, vencedor en la Batalla de Ayacucho, contienda que consolidó la independencia de la América Bolivariana.
Esta hermosísima y cálida ciudad, cuyo nombre, en la lengua de sus pobladores, los cumanagotos, significa unión del mar y el río, tiene el honor también de ser la primera urbe del continente americano fundada por los españoles en 1521, bajo el mando de Gonzalo de Ocampo.
Cuentan los historiadores de antes y ahora que Colón también puso sus ojos en el estado Sucre, llamándolo «Tierra de gracia», por la transparencia de sus aguas y el esplendor de su flora. A esa impactante belleza natural, se le suman la existencia todavía hoy de fortines, conventos, castillos e iglesias, monumentos históricos, museos, y otros sitios, que la distinguen y seducen enormemente al visitante.
Pues a esta ciudad, que desde su nombre rinde tributo a la unidad, llegan hoy los presidentes de los países que defienden un mecanismo integracionista latinoamericano y caribeño, bajo los principios de la cooperación, el intercambio y la complementariedad, en todos los campos que les sean posibles acompañarse, ante los desequilibrios y desajustes de un sistema capitalista inmerso ahora mismo en profunda crisis.
Delinear estrategias para enfrentar la crisis económica y financiera mundial, pero también energética, ecológica, política y, sobre todo de ideas, es uno de los propósitos esenciales de esta nueva cumbre presidencial, a la luz del ALBA.
El propio Jefe de Estado venezolano, en su condición de anfitrión, y la Comisión Permanente del foro regional, adelantaron además que en la reunión de este jueves se retomará la discusión sobre la creación de una moneda regional, el SUCRE (Sistema Único de Compensación Regional).
Y, por último, muchos pronunciamientos ha habido también acerca del debate que tendrá lugar sobre la exclusión de Cuba de la Cumbre de las Américas y el bloqueo genocida e inhumano impuesto por Estados Unidos a la Isla.
De esa voluntad habló Nelson Artola, presidente del Fondo de Inversión Social de Emergencia de Nicaragua, al término de la primera reunión de la Comisión Permanente del ALBA, que se realizó en Caracas, para afinar los detalles del encuentro.
«No puede haber una reunión en nuestro continente, sin la presencia de Cuba. De la Cumbre del ALBA saldrá un respaldo fuerte y categórico, para que cese la política de hostigamiento, aislamiento y bloqueo a Cuba», agregó el Coordinador de la Comisión de Nicaragua.
El ALBA, una iniciativa nacida por la voluntad de Fidel y Chávez, y sumada ya la participación de Nicaragua, Bolivia, Honduras y Dominica, tiene resultados muy concretos en los campos de la salud y la educación, y avanza en los proyectos grannacionales en áreas claves como la alimentación y los sectores energético, industrial, financiero, minero, entre otros.
Como expresara Chávez, en alusión a una frase del Libertador Simón Bolívar: «el impulso de este proceso ya está dado, nadie podrá detenerlo; ahora lo que tenemos que hacer es darle la dirección correcta, no equivocar el rumbo».