El presidente Tadic firma el decreto de disolución del Parlamento. Foto: Reuters BELGRADO.— El presidente de Serbia, Boris Tadic, disolvió este jueves el Parlamento y convocó a elecciones legislativas adelantadas para el 11 de mayo, tal como había solicitado el pasado fin de semana el gobierno de coalición del primer ministro Vojislav Kostunica.
«Las elecciones son un medio democrático de los ciudadanos para decir de qué modo Serbia debe desarrollarse en los próximos años», se afirma en un comunicado de la oficina de Tadic, citado por la agencia alemana DPA.
En el seno del gobierno de Kostunica, formado hace poco menos de diez meses, se habían producido diferencias insuperables sobre las futuras relaciones de Serbia con la Unión Europea y la postura respecto a la declaración unilateral de independencia de la provincia de Kosovo.
Kostunica quería que Belgrado hiciera permanente la congelación del acercamiento de Serbia a la UE como protesta por su apoyo a la independencia de Kosovo, pero fue rechazado en su propio gabinete por ministros pro-europeos agrupados en torno a Tadic.
Según AP, el sábado, el Primer Ministro disolvió su gobierno aduciendo que sus seguidores no podían funcionar en el gabinete junto con los del presidente Tadic, debido a la insistencia de estos últimos de buscar la afiliación en la UE pese a que 18 de los 27 miembros del bloque comunitario han reconocido a Kosovo, tras su separación ilegal y unilateral de Belgrado.
Kostunica insiste en que Serbia no debe unirse a la UE a menos que los 27 países de la UE confirmen que Kosovo es parte de Serbia, mientras que Tadic no desea que el futuro del país dependa de la cuestión de Kosovo.
De este modo, los comicios del 11 de mayo, cuando también se celebrarán elecciones municipales, además de provinciales en la norteña región de Vojvodina, son vistos como un referéndum sobre la posición de Serbia hacia la UE.
Kostunica y la fuerte oposición nacionalista quieren que el país profundice en su alianza con Rusia y países como China e India, en tanto que los europeístas, aunque también rechazan la independencia de Kosovo, creen que Serbia debe seguir en el camino hacia Bruselas.
Un gobierno interino con una capacidad limitada seguirá al frente del país hasta ser reemplazado por uno elegido en las urnas. Sin embargo, esto podría ocurrir incluso meses después de las urnas, en vista de que la política serbia se mantiene bastante polarizada y de forma muy empatada.