Cincuenta y dos palestinos murieron y 150 resultaron heridos el sábado en una de las ofensivas más sangrientas del ejército israelí en la Franja de Gaza desde 2000, lo que llevó al presidente palestino, Mahmud Abbas, a pedir una reunión de urgencia del Consejo de Seguridad de la ONU. La crudeza de las acciones sionistas llevó al negociador palestino Saeb Erekat a declarar a AFP que las conversaciones con Tel Aviv «están enterradas bajo los escombros de las casas destruidas», mientras que la ministra de Exteriores israelí, Tzipi Livni, afirmó que la advertencia palestina no influirá en las decisiones de Tel Aviv sobre esas operaciones. En la imagen, tanques israelíes bombardean Gaza. Foto: AP