Un mensaje claro en Rostock: NO al G-8. Foto: AP ROSTOCK, Alemania.— En la mayor manifestación programada contra la cumbre de los países industrializados agrupados en el G-8 en Alemania se produjeron este sábado incidentes en el centro de Rostock con enfrentamientos entre la policía y manifestantes.
Gases lacrimógenos, cañones de agua y detenciones utilizó la policía antimotines germana contra un grupo de unos 500 manifestantes, vestidos de negro y encapuchados, que a su vez lanzaron piedras y botellas a los agentes, según reportan las agencias AFP, EFE y ANSA. Se dice que unos 140 agentes resultaron heridos, pero no se habla de esas cifras entre los que protestaban, ni del número de detenidos.
El grueso de la protesta, sin embargo, se realizó en forma pacífica y en ella participaron más de 30 000 personas —según fuentes policiales y entre 80-100 000 de acuerdo con los organizadores— que recorrieron las calles de esta ciudad portuaria, cercana al balneario Heiligendamm, donde la próxima semana se reunirán los ejecutivos de las siete naciones más poderosas del mundo más Rusia.
Los casi cuatro kilómetros de camino estaban estrechamente vigilados por alineaciones policiacas, al tiempo que helicópteros sobrevolaban la urbe.
La marcha, bajo el lema Otro mundo es posible, fue convocada por un amplio abanico de organizaciones, que van desde pacifistas, ecologistas, antiimperialistas, la red antiglobalización Attac, diversas organizaciones eclesiásticas juveniles hasta militantes de ultraizquierda, informó DPA.
Las exigencias fueron múltiples, reflejando la diversidad política de los organizadores. Exigían mayor eficiencia en las medidas contra el cambio climático, controles internacionales más estrictos que limiten el poder de grupos económicos y financieros, y poner mayor atención a los problemas de África, uno de los temas que tocarán los mandatarios del G-8.
«El mundo modelado por la dominación del G-8 es un mundo de guerra, hambre, divisiones sociales, destrucción ambiental, y de barreras contra los emigrantes y los refugiados», decían los volantes entregados en las calles por los activistas llegados desde toda Europa y otras partes del orbe. «Queremos protestar contra esto y mostrar nuestras alternativas», añadían.
El despliegue operativo de seguridad cuenta con unos 13 000 efectivos, que en el perímetro céntrico de Rostock realizan controles de manifestantes, lo mismo que en trenes y autobuses que se dirigen a la ciudad.
La cumbre del G-8, a la que asistirán como invitados especiales cinco países de los llamados emergentes, entre ellos México y Brasil, y los presidentes de varios países africanos, se celebrará del 6 al 8 de junio en el balneario de Heiligendamm, a unos 25 kilómetros de Rostock y sobre las costas del mar Báltico, el que ya está completamente aislado para impedir el ingreso de cualquier persona ajena a la cumbre.
Allí, los mandatarios de Gran Bretaña, Francia, Japón, Italia, Canadá, Alemania, Estados Unidos y Rusia discutirá medidas contra el calentamiento global, la lucha contra el sida, la pobreza en África y la economía mundial, dice AP.
Al mismo tiempo que se producían otras protestas en varias localidades alemanas, también en Londres, la capital británica, miles de personas se reunieron para condenar la política del G-8 y exigir al primer ministro británico saliente, Tony Blair, y al resto del G-8 que cumplan con las promesas de Gleneagles en 2005. Los habitantes de África aún esperan la ayuda, reclamaron en la marcha junto a la orilla del Támesis.