Foto: Reuters MIAMI, enero 19.— Representantes de la derecha anticubana evidenciaron la calaña que los convierte en defensores de Luis Posada Carriles, al atacar a cuatro jóvenes que irrumpieron en la manifestación que ellos protagonizaban para enarbolar una pancarta que reclamaba: «Terroristas a la cárcel».
Según describieron las agencias, decenas de personas estaban concentradas en la calle Ocho y pedían la liberación del connotado terrorista cuando los jóvenes blandieron el cartel, que los manifestantes destruyeron al tiempo que les propinaban bofetadas, patadas y puñetazos, relató AFP.
Un fotógrafo de una agencia internacional de prensa fue golpeado con un megáfono entre los riñones ante la ausencia de policías en la protesta, describió el despacho.
Pero la saña de la golpiza no debía sorprender. Entre los cabecillas de la convocatoria se encontraban compinches de Posada con un largo historial de acciones terroristas contra Cuba tales como Rodolfo Frómeta, fundador del grupo Comandos F-4, quien acusó a los otros de «provocación»; Orlando Bosch en persona, cómplice de Posada Carriles en el atentado al avión de Cubana hecho estallar sobre aguas de Barbados en 1976, quien dejó un tufillo de amenaza en sus declaraciones al afirmar que la eventual muerte de Posada en la cárcel sería «un problema» porque iban a protestar «muchas personas».
Al propio tiempo, se conoció este viernes que Santiago Álvarez, otro compinche de Posada, entregó a la policía estadounidense decenas de ametralladoras, explosivos C-4 y un lanzagranadas que pretendía emplear contra Cuba, a cambio de una reducción de la condena por posesión ilegal de armas, informó El Nuevo Herald. La defensa también entregó rifles, detonadores y municiones, reportó el diario.
El nuevo alijo se une al encontrado en su poder cuando fue originalmente detenido, lo que demuestra la permanente intención de realizar operaciones terroristas contra el pueblo cubano, similares a las organizadas por Luis Posada Carriles.