Simpatizantes del clérigo chiita Moqtada al Sadr marchan a plena luz del día por las calles de Basora, pisoteando banderas de EE.UU., Gran Bretaña e Israel. Foto: AP WASHINGTON, noviembre 29.— El alto mando del ejército estadounidense admitió este miércoles que la situación bélica en Iraq es caldo de cultivo para una guerra civil.
Un portavoz de las fuerzas armadas norteamericanas, el general William Caldwell, reconoció que en el país árabe existe una espiral ascendente de violencia, que se traduce en un dramático panorama y furor urbano en las calles de Bagdad, dice PL.
Académicos y comentaristas citados por el medio digital Antiwar.com aseguran que la nación ya atraviesa una conflagración sectaria, civil, principalmente entre las comunidades chiita y sunnita.
El escenario se volvió más peligroso desde los atentados de la semana pasada en Ciudad Sadr, donde murieron cientos de personas, y que representaron los peores ataques desde el inicio de la invasión norteamericana en 2003.
La cuota de invasores estadounidenses muertos en Iraq en operaciones contra la insurgencia ya sobrepasan los 2 880, mientras los heridos frisan los 20 000.
Mientras, el presidente de Irán, Mahmud Ahmadinejad, aconsejó a Estados Unidos que se retire de Iraq, y dirigió una carta al pueblo norteamericano.
El presidente persa consideró que Estados Unidos debe «entregar la responsabilidad del gobierno a los iraquíes de acuerdo con un calendario preciso».
En su carta, Ahmadinejad criticó la política exterior del presidente George W. Bush y también sugirió un retiro de las tropas norteamericanas.
«¿No sería bueno reclamar el regreso a casa de los militares norteamericanos y reorientar las sumas astronómicas gastadas en la guerra en Iraq para el beneficio y prosperidad del pueblo estadounidense?», escribió el presidente iraní en su misiva.