La distancia física es un reto que han enfrentado los amantes desde antaño. Por lo general se soporta cuando se mantiene vivo el amor y se estructura un proyecto para el rencuentro definitivo
A.A.: Tengo una relación de casi un año pero él se mudó a otra ciudad hace meses y nos duele estar lejos. A veces nos desesperamos porque nos amamos. Pensamos en ideas que no pueden ser y acabamos mal. ¿Qué puedo hacer? Soy su vida y él es la mía.
La distancia física es un reto que han enfrentado los amantes desde antaño. Por lo general se soporta cuando se mantiene vivo el amor y se estructura un proyecto para el rencuentro definitivo.
Tendrían que definir si se sienten capaces de soportar la desesperación, las dudas, las tentaciones cercanas y las pérdidas que para ambos puede representar luchar por el rencuentro.
Por otra parte, tendrían que identificar las alternativas de comunicación que van a sostener mientras dura la ausencia: teléfono, mensajes, cartas, videollamadas... En ocasiones pueden rencontrarse periódicamente, mientras se preparan para estar juntos definitivamente.
Todo lo anterior implica aceptar que ahora mismo están lejos y eso cambia su relación. Afortunadamente, se quieren, pero no son uno. Ambos por su lado tienen una vida y proyectos personales por realizar. Tal vez ayude apostar a esa parte de ustedes mismos que se alimenta de otros elementos fuera de la relación.
Resulta frustrante aferrarse a la realización directa e inmediata de sus deseos, que no es posible hoy. Será mejor si se disponen a cultivar un amor que ha de realizarse luego. Tal vez sea mejor, unirse en la distancia para proyectar y realizar planes concretos que les permitan mantener el vínculo.
Es momento de saber esperar y sublimar ese amor que ahora no tiene el contacto corporal. De lo contrario, queda la opción de romper el vínculo y disponerse a encontrar otros modos de satisfacerse con inmediatez.
Mariela Rodríguez Méndez, master en sicología clínica